miércoles, 23 de diciembre de 2009

Necesidad terrenal

Es mejor callar, para saber
comprender porqué la tierra,
con los pasos del tiempo,
se vuelve suelo de arena,
así pude entender
las promesas invisibles
que dejó el viento,
sobre sus granos inmóviles,
granos convertidos en lienzo
para el recuerdo,
y el recuerdo se adapta
a sus propias formas,
sobrevolando, convertido en sombra,
por el cuarzo diminuto de la piel.

Nombras un mundo azul,
y sin embargo,
eres la memoria humilde
del verbo de las rocas,
y el manto bordado
con el hilo de las grietas,
que regala sus entrañas
para la punzada vital de la raíz,
tú, que estás a los pies de la luna,
y que le sirves de cuna
a los charcos perdidos de abril,
eres la voz de los montes
que desigualan el horizonte,
y provocas el principio del camino,
y te escribes en la cara manchada
de un niño que huye de la soledad.


"Necesidad terrenal"
© El País de los Tejados. Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Recuerdos en la esquina

No sé si es por la imagen
de los papeles
desahuciados de la mesa,
esos que se arrugan
día a día, en una esquina,
después de usar su voz
para que sean ecos
de pensamientos,
y que se quedan
pegados al tiempo,
apoderándose
por un instante de él,
de todo lo que lo envuelve,
y todo lo que contiene.

Porque esos papeles
arrugados tienen
una intimidatoria propiedad,
el aire, que recorre
sus pliegues,
resbala por las aristas
de la fibra vegetal,
y asfixia los pulmones
que respiran
del viento del olvido,
y el papel vuelve a gritar
su tinta de memoria,
y una dulce decadencia
se impone a cualquier artículo
de la ley de la gravedad.

Entonces el sur se vuelve
un pedazo de norte,
y el norte se quiebra
bajo las ramas secas
de un bosque infinitesimal,
y el este sigue alejado
de los planes del oeste,
y en el oeste no dejan
a los indios vivir en paz.
 
"Recuerdos en la esquina"
© Cambalache. El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

A la sombra de Irati

Has vuelto a hacerte en mí,
después de tanto tiempo,
como se deshace la sal
que hace marinera al agua,
con la suavidad de la noche,
que se degrada en el alba
hasta donde los colores
comienzan a ser un día,
así volviste, sin ruidos,
como le llega el rocío
a la sed del amanecer.

Igual que le pasa al viento
cuando vuela sobre la jara,
y se enreda en sus formas,
y queda pegado a ellas,
a la fe del aroma
escrito en sus verdes hojas,
así me ocupas de ti,
como tiempo dentro del tiempo,
como calor que prende al calor,
así te dice mi boca
cuando te recobra en su aliento,
así brotas, tan necesaria,
para que tenga sonido mi voz.


Fragmento del poemario:"A la sombra de Irati "(palabras para las hojas de un árbol)
-versos: del 2932 al 2955 -
© Cambalache. chus alonso díaz-toledo. 2008.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Por hacer

A lo lejos se intuye la noche,
se escuchan palabras
que llegan desde el horizonte,
apenas tienen cuerpo,
son golpes de voz imposibles,
discursos en blanco
que olvidaron sus huellas
en el pasado, constante,
de un viaje hacia
la tierra de la eternidad.

Noto el sabor que tuvo la piel,
alimento esa sensación
de las memorias caníbales,
mientras intento escapar
del implacable sonido
que se levanta como si fuese
una muralla descomunal,
y tú, con tus colgantes
de mercadillo en viernes,
sigues estando presente
entre los gritos de la multitud.

"Por hacer"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

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lunes, 16 de noviembre de 2009

Teorías y prácticas

Había aprendido que la tierra
tiene el alma atada al lugar,
y que no siempre retiene
la vida de las raíces
de los árboles que la pueblan,
también supo que hay un sur,
que está al norte del sur,
en el que la luz es ciega
cuando se apaga el tiempo,
y el agua se vuelve barro,
y el barro es destierro seco,
y el destierro forma una forma,
y la forma tiene la misma voz.

Aprendió que para casi todo
existe una primera vez,
y que el último momento
no tiene que ser el definitivo,
convivió con el placer
de la muerte en sus venas,
y con el dolor que la vida
le arañaba de los poros de la piel,
por eso quiso una caja de lata
para guardar el deseo,
y un egoísmo desmontable
para escapar del amor,
y dejó de leer a diario en el cielo,
y escribió un jeroglífico entero
con los rayos bastardos del sol.

"Teorías y prácticas"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

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domingo, 1 de noviembre de 2009

Dimensiones y moléculas

I- ESPACIO
Cambia la textura de la luz,
ahora es más densa,
fíjate cómo se extiende
sobre cada objeto,
sobre cada forma existente,
el universo es permeable
a su discurso esclarecedor,
y aquí, bajo la inmensidad
del resultado del tiempo,
dos razones olvidadas
marcan la frontera del suelo.
 

II- TIEMPO
Como un pensamiento atado,
o una ventana sin horizonte,
así discurren las sombras
que susurran, sus formas,
contra las paredes
borradas en blanco,
mientras el viejo reloj azul
derrocha segundos de hielo,
y el miedo se pierde
entre los pasos de un tango,
que tuvo veinte años para volver.


III- MATERIA
Tenían en sus modos
esa imprecisión que marcan
los nervios concretos,
se habían especializado
en el lenguaje inaplicable,
eran maestros en el arte
del plan imposible,
ellos, dos dioses del adiós,
ahora frecuentaban
el silencio de dos holas,
que ahogaban sus saludos
desde algún lejano mar.

Habían coleccionado
las figurillas persas
de un libro parisino,
esas que caían
desde las hojas,
cuando las páginas
decidían estornudar
a la altura del invierno.

Ellos las recogían
del abandono del suelo,
y las colocaban sobre
una estantería que flotaba,
continuamente, entre los dos,
ese era el lugar que tenían
para colocabar los deseos,
allí los podían ver claramente,
y fantaseaban sobre ellos
como si fuesen recuerdos,
hechos ya hechos,
ilusiones de carne y hueso,
imposibles de cicatrizar.


"Dimensiones y moléculas"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Instantánea de un lugar

Entre remolinos de aire
con gusto a viento,
y libros gastados
a la sombra de abril,
se encontraban los dos,
en silencio,
con las manos atentas
al atrevimiento del tacto,
y los pasos tan quietos,
como las calles vacías
que duermen sin sol.

En su piel diaria,
tenían los colores
de una mezquita morena,
su fortuna era la calma
que desprende el azahar,
y no necesitaron cortinas
para las ventanas,
ni sillones para los salones,
y dejaron que la noche
fuese una sorpresa llegada
desde cualquier lugar.

Eran dos apuestas ciegas
contra la ausencia,
dos teorías encontradas
en el mundo infinitesimal,
y supieron que el final
estaba presente,
y recordaron el principio
de su pasado,
y usaron aquel momento
para no olvidarlo jamás.
 
"Instantánea de un momento"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

martes, 13 de octubre de 2009

"Intentación"

Quiso ser poeta,
y devolver la verdad
al dolor que duele,
por eso borró de sus letras
las metáforas,
y quemó las hojas
que pueblan
los suelos del otoño,
y abrió los mapas antiguos
de los lugares
en los que vivió su soledad.

Aprendió a rechazar el adorno
que falsifica la tristeza,
no quería llenar con plata
las noches de sus recuerdos,
porque la Luna no camina,
ni tiene memoria,
y en la noche hay noche,
mucha noche, noche
que huele a abandono,
y que se vuelve día
tras las cortinas de la verdad.

Intentó ser poeta,
y quiso que la muerte
tuviera el olor de la muerte,
y que las asusencias
volviesen a habitar los vacíos,
y cerró la boca
para evitar los besos,
y amenazó a sus manos
con las frases de los puños,
y se arañó con las caricias
que no volverían a acariciar.

Dejó sobre el papel
la palabra amor,
y el papel enmudeció,
y se agrietó al sentir su peso,
y describió la distancia
con la rotundidad de la lejanía
que no se llega a ver,
y tuvo miedo al decir temor,
y la sed empapó sus labios
cuando nombró la sal,
y se abrazó a la nada,
como se abraza el viento
a las horas del vendaval.

"Intentación"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

domingo, 4 de octubre de 2009

Tarde, y otoño

Como cada tarde, el otoño
se presenta en el aire,
trae el olor de la savia dormida,
pedazos de memoria que nacen
por los recovecos del aire,
y me desnuda el cielo
de cada una de sus tormentas,
y rechazo el barro primigenio
que niega la libertad,
mientras me moldeo
en las calles de barrio,
las que aún siguen sin asfaltar.

Como cada tarde, el otoño
me invita a sentarme
en su tiempo de huellas paralelas,
son vías muertas repletas
de siluetas que menguan
cuando desaparece la luna,
y el momento instantáneo
se detiene durante una vida,
y toma el tren puntual
en el que viaja su estación.

Busco en las letras que dicen
desde cualquier lugar,
desenredo los nudos del recuerdo,
cosecho las canciones
sembradas en surcos de vinilo,
y esparzo todas las notas
sobre la quietud de la mesa,
y el presente es un terremoto,
con el epicentro en el centro de ayer.


"Tarde, y otoño"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Amarillo papel

Un viejo papel arrugado,
surcado por el tiempo,
casi gastado por los ojos,
de color amarillento lento,
con las esquinas perdidas,
sujeto a dedos que esperan,
manoseado como los juegos
donde se pierde el azar,
viajero de bolsillos vacíos
que son de paso incierto,
doblado en una cartera
a la que no le salen las cuentas,
o entre las páginas calladas
de un libro que quedó sin leer,
y que siguió viviendo a medias.

Un papel en el que cabe
la eternidad de todo el amor,
y la tijera impía del desamor,
cuadrilátero cuadriculado
donde se pelean los guantes
de Aristóteles, y los de Platón,
pensamiento, de hace tiempo,
para un árbol de puño y letra
que nació del romance diario
que tienen el agua, y el sol,
papel con tanto a sus espaldas,
y con mil frentes abiertos
con el sudor de sus batallas,
papel testigo del color del viento,
y también de la muerte de una flor.


"Amarillo papel"
© Pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo.

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sábado, 26 de septiembre de 2009

Azul sin frío

Con agua de hielo azul, y sin frío,
dos actos de sed se beben el rocío,
dos lenguas calladas, desnudas,
dos razones para las camas furtivas
que duermen tras el muro del qué verán.

¿Acaso no tuvo la sangre el valor
valiente para circular por la causa?

Coincidieron, en el mismo miedo,
y a la misma hora punta,
se arrinconaron como el polvo,
se mutilaron todas las frases
con los cuchillos del punto final,
tapiaron la voluntad de su oídos
con el silencio del barro seco,
borraron las huellas en el tacto
de cada uno de sus diez dedos,
y renegaron como la madrugada
reniega de la impaciencia del sol.

Los bosques quisieron comenzar
a abandonar los colores verdes,
los mares se quedaron a la deriva,
asesinados por la calma chica
que se evapora con la realidad,
el horizonte quedó a sus espaldas,
toda aquella dislexia circunstancial
llegó a tomar forma de ingeniería,
y se confundieron con las obras,
y se mancharon con los grises
del cemento que eleva la soledad.

"Azul sin frío"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

lunes, 21 de septiembre de 2009

La Paisita

Ella, que es la vocación
de mis días despiertos,
y el comienzo de las noches
donde nacen los sueños,
no se ocupa en las metáforas
pretenciosas de ningún papel,
ni precisa de las estaciones,
para que la primavera
se detenga en sus dos manos,
o para que el otoño se derrame,
hoja a hoja, con letras en blanco
sobre la desnudez de sus pies.

Ella, que tiene mi patria
en el país de su piel,
y que derribó el miedo
de los muros,
y la hipocresía de las fronteras,
es el beso nocturno
que el cielo le dedica a la verdad,
en la inmensidad de sus ojos
están los paisajes
que quiere ver mi mundo,
y en sus labios, día a día,
el idioma que mi lengua
aprendió a hablar sin voz.

Ella, que tiene el vuelo
del viento cosido a sus faldas,
me regala la libertad
que se encierra en los abrazos,
siempre tiene una sonrisa
contra las penas de mi ayer,
y me enseña con figuras de aire,
sin saberlo, todo lo que mis libros
nunca aprendieron a saber saber.


"La Paisita"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Desiderátum

"Seré una estatua de arena
con el desierto en el alma,
buscaré la diminuta quietud
de los granos sin agua,
besaré el cielo con la boca
de todos los horizontes,
y el silencio me acompañará
cuando se quiebre la voz,
y volverán a brotar estrellas
en los campos del firmamento"



Recogió los últimos papeles que había dejado sobre la mesa, cerró todos los cajones del viejo escritorio, un simple movimiento de llave bastó para clausurar la memoria de mucho tiempo. Cuando opinó que todo estaba como debía estar, y tras asegurarse de ello, echando un último vistazo al espacio que le rodeaba, se dirigió hacia el viejo tocadiscos. Con un especial cuidado, abrió la tapa de plástico que cubría el plato, se giró, y sacó, con la misma atención con la que se coge a un bebé, un vinilo negro, cirularmente bello, que colocó sobre la goma del giradiscos. Las notas del saxofón de Charlie Parker contaban el año 1951, aquel disco era el paraíso prometido para cualquier oído sin prejuicios, "Summit Meeting at Birland" empapaba el aire de la estancia, y él se dejaba mojar por aquella música, sentado en la silla del escritorio. Se levantó para prepararse un bourbon sin hielo, una pequeña cascada ámbar cayó dentro de un vaso ancho, y volvió con él a la silla que había abandonado hacía sólo un momento. Una vez sentado, y tras un gran sorbo del néctar de Kentucky, cerró los ojos, y dejó pasar el tiempo, como si el tiempo no pasase por aquel lugar. Parker seguía volando en el aire, y tras los cristales ajenos, la ciudad se reducía a las calles de siempre, desde las ventanas de siempre. Aquellas cuatro paredes eran el refugio perfecto, entre ellas habían nacido, y muerto, miles de historias, unas mejores que otras, allí habían convivido el amor y el desamor, la alegría y la pena, el pobre y el rico, el cielo y la tierra, y todos habían brotado, y crecido, dentro de ese cubo habitable con vistas a la inmensidad. Abrió los ojos cuando sonó la última nota de la última canción del disco, se levantó, y se dirigió hacia el tocadiscos, retiró la aguja de los surcos mudos del vinilo, y volvió a cubrir el giradiscos con cuidado. Se giró hacia el cento de la estancia, dio tres pasos para colocarse justamente ahí, en el centro, y de uno de los bolsillos del pantalón, sacó un puñado de aire, que dejó caer sobre sus pies. Cerró los ojos, y escuchó, notó el olor del Sáhara visitándole, y su silencio, sin miedo, acunando cualquier rastro del antiguo dolor.
El cuarto quedó vacío, los cajones cerrados, y unos granos de arena en el suelo, justamente en el centro de la habitación, recordaron, bailando al viento, la melodía de la última canción.
 
"Desiderátum"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Oyente del viento

Comencé a entender
los secretos de la brisa,
en ella descubrí la clave
para convertirme
en oyente del viento,
y con el viento,
me desprendí de todo
lo que tuvo alguna vez
el rastro preciso de su olor.

Su transparente discurso,
arrancó el sabor
que surgía de los recuerdos,
en mi boca diaria,
y pude enmudecer
las letras que la revivían,
sin la fidelidad del tacto
de su existencia,
dejó de ser todos
los motivos para la lucha,
comenzó a tener
el peso concreto
que lastra la vida,
con piedras del norte,
y se acomodó
en los dos metros cuadrados
de las urgencias ajenas,
sin terraza, y orientada
hacia la prudencia donde
todos los besos saben igual.

Ahora no se derrama
en la vereda de las sombras,
desde un lugar lejano,
renunció a ser
el fruto nuevo del agua,
y de las caricias del sol,
ya no está a la puerta
de cada una de mis dudas,
ni entre los recovecos
de las noches sin luna,
ni en los reproches
que murieron en la tierra
donde vuelve a nacer la voz.
 
"Oyente del viento"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo

lunes, 24 de agosto de 2009

Iniciación

Momentos de estimaciones,
y en consecuencia,
de desestimaciones también,
con descartes hirientes
sobre la mesa,
en partidas caníbales,
con cartas escritas,
de apuestas siempre
dispuestas a matar
para no dejarse ganar,
y enmudecen los teléfonos,
y pensamos letras de olivetti,
y el humo no se dibuja
con un motivo en el aire,
para que vuelva a temblar
la superficie de la mar.

Ya, en la calle de la luz,
el calor es amarillo,
amarillo chillando
desde los rincones,
amarillo rebotando
en el suelo,
y golpeando sin pudor
su fuego invisible
contra la cara,
y el sabor es
el de la asfixia,
y en los almanaques
no se recuerda nada
de la personalidad de enero,
y en los relojes
el tiempo es redondo,
y necesita tomarse su tiempo,
y comienza a gritarnos
el silencio con sus palabras,
que son de lejos,
luego, más cerca,
aquel ruido seco,
y brotan yemas nuevas
en la prisión del miedo.


"Iniciación"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo

miércoles, 12 de agosto de 2009

3

Hoy puedo detener el momento,
tengo la capacidad de poder
disfrutarlo hasta la extenuación,
sé que existe una utopía
en cada pliegue de sus ropas,
y un lugar, dudosamente exacto,
donde los segundos son de arte,
y los minutos, hechos a mano,
nos crecen por los poros de la piel.

Hoy tengo motivos de sobra
para quedarme en cada luz,
y para moverme en cada sombra,
hoy puedo ignorar todas las calles,
puedo declararme en huelga de celo,
y volver a jugar en su pelo,
mientras el silencio suena claro,
mezclado con las historias
que alborotan nuestros cuerpos.


"3"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

lunes, 3 de agosto de 2009

Cienciopatología

Este empeño en teorizar
sobre lo denso,
sobre lo que se siente
en la boca del estómago,
o sobre lo que nos oprime
en medio de la garganta,
esa manía autoprotectora
del entendimiento racional,
para huír de lo concreto,
de lo que requieren los poros,
de lo que nos exige el momento,
sin importar el pensamiento
de los que sólo saben pensar,
esos que no entienden del tacto,
ni ven el color, que tiene la luz,
cuando la mañana se ilumina
con tu desnudez temprana,
que aún duerme sus sueños.

Ellos creen que es necesario
explicar la vida, para vivirla,
piensan que no se puede morir,
si el corazón sigue latiendo,
desconocen el óbito en vida,
se niegan a reconocer
el miedo de su conocimiento,
y se aferran a la disciplina
que alguien les contó un día,
y se preocupan del bienestar
general de los demás,
y de los buenos modos,
y de tu prometedora seguridad,
y también de la seguridad
de mi prometedora ruina.


"Cienciopatología"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

lunes, 27 de julio de 2009

Otoño en el suelo

Es un pedazo de suelo
que nunca se deja atrás,
igual que ese lugar pequeño
donde guardamos el otoño,
cuando el otoño quedó lejos,
y no queremos que sea olvido.

Tiene la locura del instante
que no tiene miedo,
y viene desde los recuerdos
de algún punto cardinal,
está en las hojas
que se escriben sin papeles,
y en las letras sinceras
que nos derrama el viento,
cuando el viento corre
a solas con la soledad.

Se esparce como la arena
de un golpe de desierto,
y también se esconde
entre la piel
que tiene memoria,
porque es un fragmento
de tiempo veraz,
un momento concreto
que despierta a un sueño,
es esa esquina del cielo
que nunca se quiso suicidar.

Ahora sé que caminé
las distancias de su vida,
y que me regaló las nubes
en su calma inquieta
de septiembre, y su final,
sé que la sed de cada uno
se reunía en el aliento del otro,
mientras aprendíamos
que el frío no era necesario
cuando se necesitan los abrazos,
y que en la calle no había motivos
para abandonar aquel cuarto
donde se encontraban
los encuentos que no se pueden citar.

"Otoño en el suelo"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

jueves, 23 de julio de 2009

Solsticio de un lugar

Entonces fue cuando ocurrió,
y se alborotaron los árboles,
como si fuesen las danzas
de las llamas en el fuego,
y quise tenerte en la palabra,
y quebrar la superficie del silencio,
pero encontré la huella reseca
de un pedazo de retórica sin usar.

No sabes que se le olvidó la luz
a la mayoría de los días,
apenas quedó un instante, nada más,
y luego todo fue
para que fuese más tarde,
como las caricias distantes
de los amantes que no tienen remedio,
o como el mañana
que nunca llegará a ser hoy,
es por eso que tuvimos
que burlarnos del tiempo,
tal vez en él quede un hueco
para las almas que aman en vilo,
esas que se pasean descalzas
por el filo inseguro del corazón.


"Solsticio de un lugar"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

sábado, 18 de julio de 2009

Entre dos

Tendremos la piel despierta
para cuando nos llegue la luna,
nuestros poros serán
un almacén para las ganas,
en nuestras manos estarán
los secretos del placer,
y no habrá tiempo
más allá de nuestros cuerpos,
ni nacerán universos
fuera de nuestras caderas,
y seremos las respiraciones
del gemido más sincero,
como lo es el aire,
cuando se convierte en viento.

"Entre dos"
© Pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo


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martes, 14 de julio de 2009

Memoria y aire

No dejes que se te rompan
los recuerdos en el aire,
que no se pudran,
como la madera mojada
condenada a la sombra,
que no caigan en el suelo
donde se pisa el olvido,
no muestres tu espalda
a la historia de tu historia,
y qué no se rompan
los recuerdos
si están en el aire,
abre tus alas de sueños,
y que inicien el vuelo
sincero de los viajeros.

Vístete con la atención
que decora el silencio,
siente en tus manos
el espacio, que despacio,
vuelve a enredarse
en la vida de tus dedos,
y ponte de puntillas
sobre el temor,
y que salten las normas
hasta que no queden
vallas que lapiden el cielo,
ni tristes mordazas que callen,
cuando nos llueven
las nubes de los adentros.


"Memoria y aire"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

miércoles, 8 de julio de 2009

Post mórtem in love


Post mórtem

Caracolas bailando solas
con vestidos de colores negros,
olas que terminaron sus ondas
sin llegar a tumbarse
en la arena final,
ese es el mar que se marea
con la sinceridad de las ganas,
en las entrañas,
tapiz húmedo
de azules prohibidos,
agua estancada sin nada
que se pueda nadar en paz.

Brotarán las dudas
en los troncos nuevos,
lanzados al viento,
no importa el momento,
sé que es seguro,
y sé que llegarán,
y la primavera se amarrará
a la tierra yerma,
con raíces hechas de olvido,
desde el sabor de la sal.



in love

...y querrá olvidar
el peso presente del tiempo,
desandar los relojes grises
de paso inmóvil,
derrocar los segundos
que primero fueron seguridad,
y buscará el refugio
de las pieles atentas,
y añorará las palabras
que un día dejó sin escuchar...


"Post mórtem in love"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

lunes, 29 de junio de 2009

Neonato

Si creyese en ese parto
gestado dentro del vientre
incoherente de tus días,
posiblemente se secarían
los charcos que nombran
el tiempo mojado de abril,
no habría espacios útiles,
ni dimensiones cercanas,
y se perdería la capacidad
de vivir en el lecho de la calma,
tras decir adiós por última vez.

La oscuridad es húmeda,
en ella crecen los hongos
tóxicos de las añoranzas,
en ella vuelvo a las penas
de mis ya maltratadas venas,
en ella discurro en silencio,
como si el mundo fuese
una tumba a ras de piel,
y te retomo con los cuentos
de los siete enanos muertos,
mientras Blancanieves me pide
que no vuelvan más a volver.


"Neonato"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

jueves, 25 de junio de 2009

Semántica para los deseos

Quise que el mar fuese mi descanso,
sobre su lecho puse un firmamento,
como si fuese el techo de los sueños,
y me envolví en las sábanas de espuma
que revuelven noche y aire, con la sal.

Quise que no dejase de lloverme una nube,
no me importó que volase sobre agosto,
ni que fuese como la letra de un tango,
por las calles de las aceras de siempre,
sin intención de querer volver a sonar.

Quise que en mis gotas estuviese su sed,
y en mi sed su agua de río nuevo,
la que me mojaba arañándome la tierra,
o se convertía en un espejo de chopos
por el silencio fresco de la vereda.

Quise las horas de los encuentros furtivos,
y el sudor de las caderas que tiene la piel,
quise la fugacidad del amor de contrabando,
y las notas inacabadas para las sinfonías
partidas por las partituras de la soledad.

"Semántica para los deseos"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

domingo, 14 de junio de 2009

Pretensiones de ti

Estás en ese trozo de noche
que le da razón a mis días,
y es que eres la pretensión
que se proclama
en los poros de mis horas,
la que espera, callada,
a las palabras de tu piel,
y me acaricias con los acentos
de las flores nuevas,
porque sabes como el tiempo
despierto que tiene aromas de café.

"Pretensiones de ti"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

lunes, 11 de mayo de 2009

Cuestiones

Para qué comer,
si en tu boca está
la razón necesaria
de mi hambre,
para qué respirar,
si el aire te alejó
hasta donde
yo no pude ir,
para qué caminar
hasta ningún lugar,
para qué pensar,
y reír, o llorar...

Para qué escribir,
si tus ojos miran
al olvido de las letras,
para qué los papeles
que lancé al vuelo,
y para qué ser,
si soy a duras penas,
fuera de los alrededores
que a diario te rodean a ti.

"Cuestiones"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

jueves, 30 de abril de 2009

Deserción

Ponerle tiempo al hecho,
acotarlo con las alambradas
que laceran los restos
que quedaron de la piel,
sopesarte en el acto contiguo,
medirlo, valorar la posibilidad
de que sea cierto lo que crees,
y pensar en el inquieto miedo
que acompaña al placer,
y derrocar a ese miedo interior,
y prometerle a la culpa
que no volverá a suceder jamás,
y morir por volver a suceder.


No te creíste invencible
al comenzar este letargo,
y sin embargo, te aferras
a las circunstancias
como el olivo se ata
a la tierra que nació seca,
y quieres convencerte
de todo lo contrario,
aunque ahora
el otoño parezca
una estación sin tren,
o un destino sin llegada,
y en la madrugada
esperas a esa mala jugada
que comienza con el primer sol.

"Deserción"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

viernes, 24 de abril de 2009

Jornada

Tú y yo, sin necesidad
de adornos brillantes,
ni de horarios escuetos,
simplemente tú y yo,
sin anillos amarillos
para casi nunca,
sin firmas que serán
grises siempre,
solos tú y yo,
sin sanciones de sellos tristes
a la sombra de un tribunal.

Nosotros, seres de otro tiempo,
en medio de este mundo
que no llega a rozarnos,
y también nosotros,
con todo el tiempo del mundo
rozándonos la piel,

Tú y yo, a la vez,
repetidos en lo irrepetible,
tú y yo, al ritmo
del fuego sin calma,
peleándole al frío,
sin paz en nuestras fronteras,
siempre tú y yo,
sin más motivo que el universo,
historias de agua, gotas de viento,
alegrías que se envuelven
con paños de seda, y de pena,
tú y yo, así, sin remedio,
tú y yo, como dos relojes de arena.


"Jornada"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

martes, 14 de abril de 2009

Humedad reseca

Si al menos se me secaran
completamente las palabras,
si pudiese dejar de escribirlas,
dejar de pensarlas,
dejar de intentarlas,
dejar de entenderlas,
y olvidar de dejarlas a las a la luz.

Si fuesen como el cuero viejo
que tiene grietas de tiempo,
o como el barbecho, de agosto,
se volarían con los primeros
vientos que llegasen con septiembre.

Pero las palabras me mojan
la boca sin quitarme la sed,
son espejismos húmedos
que se quiebran al paso del tacto,
y realidades resecas,
que me alimentan con la sal
de las heridas abiertas,
y no puedo callarlas,
ni puedo decírtelas,
simplemente no queda sitio
para que pueda salir el sol.


"Humedad reseca"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

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martes, 7 de abril de 2009

Desintegración

Presencio el caos que los átomos
representan desintegrándose en la pared,
siento cómo el viento del exterior llega
hasta el pulmón de los pensamientos,
puedo notar ese olor que vive la calle,
cuando la calle tiene huellas de noche,
y saboreo el escozor de las pequeñas
palabras que siempre quise volver a decir.

Me pregunto el porqué de todo este proceso,
intento que la razón tan sólo sea un color
al que no le asuste olvidarse de los límites,
qué no tenga pudor en ser calor más allá
de las líneas de un dibujo ya impuesto,
pero vuelven a crecer miles de órdenes
de-li-mi-ta-das por espacios blindados,
y recuerdo que en el principio del cosmos
fuimos una falsa implosión hacia la nada.

La paradoja exacta del tiempo no tiene
lugar en las costumbres de la habitación,
creo que sin ella sería posible morir,
en este preciso momento,
para renacer en la siesta de tus labios,
como lo hace el vino en la uva nueva,
y embriagarme una vez más de ti,
y padecer la resaca opaca
que queda tras la ausencia de tu nombre.


"Desintegración"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

lunes, 30 de marzo de 2009

Dieciocho de enero

Si te dijese que estás
en cada gramo del aire
que vivo, y respiro,
puede que me creas loco,
pero vives inmersa en él,
y aunque las bocanadas
que me alimentan
son de llegadas, y de ausencias,
se hacen tan necesarias
para el ejercicio del pulmón.

Porque tienes el aroma de la savia
que fluye por la madera nueva,
y la presencia inquieta del río
que vuelve con la primavera,
ese que se lleva la nieve,
para hacerla transparente,
hasta la orilla del mar,
y se acurruca en las curvas
que nacen en los atardeceres,
donde la tierra parece
un escondite perfecto
para el silencio leve de la calma.

Estás en las copas verdes
que barren las nubes del cielo,
y en todos los papeles en blanco
que se amontonan en mi mesa,
y en el primer café del día,
ese al que tu piel le pidió el color,
durante dieciocho noches de enero,
para memorizarlo por siempre
sobre la piel que te hace a ti.

Y es que eres cada uno de los pasos
necesarios en los que me muevo,
y también los próximos caminos
que me quedan por andar,
te busco en los destinos marcados
sobre todos los mapas conocidos,
porque ya no quedan kilómetros
que se cansen en mis botas,
ni soledades de rincones invencibles,
ni lugares imposibles
donde estés, y yo no quiera llegar.

"Dieciocho de enero"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

martes, 3 de marzo de 2009

Teatro de salón

La vieja vela aún se mantiene
encendida sobre los recuerdos
de su propia memoria de cera,
me regala la cálida luz naranja
por la que sueles discurrir
como si fueras aceite eterno,
y también me deja cien palabras
que se arrugan en el fondo mudo
de los mundos de la papelera.

Por las paredes de la habitación
nacen teatros de sombras
que hablan en chino mandarín,
son formas casi incomprensibles,
bailan al ritmo del fuego vivo,
en ellas vuelvo a escucharte
como si fueses el silencio
que se habla por las afueras,
y dejo que mi mano tape
los recovecos de la noche
por los que te escapas descalza.

No sabría elegirte por defecto,
ni descartar tu magia epistolar,
pero fuiste tan cierta en cada día,
y tan presente en las esperas,
que ahora me pareces el sueño
que nunca llegué a dormir.


“Teatro de salón”
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo

lunes, 9 de febrero de 2009

Diferencias

Se unieron para hacerse fuertes,
hablaron para poderse mandar,
buscaron carne para alimentarse,
dijeron nombres para diferenciarse,
y contruyeron techos para cobijarse,
y dioses para castigarse,
y tierras para nacionalizarlas,
y banderas para sacralizarlas,
y amenazas para cumplirlas,
y ejércitos para armarlos,
y obligaciones para todos los demás.

Se abrazaron para hacerse fuertes,
hablaron para poderse seducir,
buscaron la carne para aprenderse,
dijeron nombres para recordarse,
y construyeron techos para susurrarse,
y dioses para descreerlos,
y tierras para viajarlas,
y banderas para desteñirlas,
y amenazas para encarcelarlas,
y ejércitos para vencerlos,
y obligaciones voluntarias para ser dos.


"Diferencias"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

jueves, 5 de febrero de 2009

Tejas, gatos, y cielo

Desde las pisadas de los gatos,
hasta la severidad del suelo,
hay mil cielos que discurren,
silenciosamente,
bajo las noches
que no se duermen,
y en ellas juegan
los magos a ser dueños
de la pizarra eterna,
esa que se escribe
con tizas de sal en el firmamento.

"Tejas, gatos, y cielo"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

jueves, 29 de enero de 2009

Ser sin siendo

Nos hicieron caminar
por la vida
sobre una línea recta,
la que nos dijeron
que era el tiempo
que tenemos,
para tener
que poder ser,
y nos pusieron
en este camino
con un futuro a cuestas,
pendiente de pago,
dentro de un presente,
pretérito, que caduca
perfectamente al instante.

Sólo somos pasado,
solamente fuimos
para poder hacer
acto de presencia,
y rentabilizar los sitios
de un porvenir falso
que no existió jamás.


"Ser sin siendo"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

jueves, 22 de enero de 2009

Flores secas

Se removían en la verdad,
compartiendo cucharilla
con el café de la mañana,
y miraban a las hojas
de las dos flores secas
que crecieron dentro
de un tubo de cristal,
y se sonrieron
mientras recordaban,
y se acordaron
de los recuerdos no confesos,
y la velocidad pareció luz
invadiendo la paz del pecho.

Puede que se les caigan
las dudas del silencio
sobre la mesa de madera,
y que no quieran saber,
por una vez,
el idioma de las saetillas
de dos relojes separados
que hay para el día de hoy.

"Flores secas"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

lunes, 19 de enero de 2009

Desde Madrid a La Habana

Eras la mezcla perfecta,
a partes iguales,
entre mis necesidades
y mis miedos necesarios,
el vértigo del salto al suelo
sin la seguridad de una red,
y es que me naciste
desde el mismo
corazón de los sueños,
y me asomé,
para verte pasar,
por la sombra colonial
de los balcones de La Habana,
caminabas con el ritmo
de las tardes sin urgencia,
regalabas besos espirales,
como el blanco humo habano
de las calles de la revolución.

Corrí detrás de tus pasos,
para poderte llevar
hasta donde el horizonte
se hizo amante de la Luna,
y es que me circulaste
por las mil casualidades,
te convertiste en la pulsera
de mi cadena perpetua,
y tenerte, o no tenerte,
pasó a ser un algo secundario,
porque te inventaba
a mi modo cuando no estabas,
me ayudaban los recuerdos,
y el divino pecado capital
que predicaban tus caderas.

Nos dijeron desde los muros
que siempre seríamos victoria,
me dejaste creer
que no habría montañas
con abismos imposibles,
y me dibujaste, en una noche,
todas las sábanas del verano,
y fuimos tan libres en tu alcoba,
que la hicimos cárcel elegida,
y universo cóncavo,
habitado por una figura
hecha con las formas de los dos.


"Desde Madrid a La Habana"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

viernes, 16 de enero de 2009

Probablemente

Creo que si fuésemos
dos gotas
de la misma lluvia,
pero nacidas,
y caídas,
de nubes distintas,
probablemente tendríamos
un mar seguro
al final del vacío,
allí podríamos
juntarnos a solas,
y con las olas a favor,
aliarnos con el viento
que peina a la espuma,
para hacernos océanos
con golpes claros de agua,
y susurrros mojados de voz.

Si fuésemos las ramas
de un mismo árbol,
separadas por el tronco
que hace anillos de la vida,
el otoño sería un perfecto
ejercicio epistolar,
y en el suelo quedarían
unas cartas sin cartero,
allí, en la arena,
nos leeríamos las hojas
con los ojos del invierno,
y se quedaría grabada
la huella de un abrazo,
en el tiempo granulado
que se esparce por la tierra.

Y si fuésemos dos vidas
en vidas distintas,
si tuviésemos los días
en semanas diferentes,
y los años terminasen
siempre con el sonido
de doce campanas alejadas,
creo que entonces
nos quedaría el último tren
que sale hacia la muerte,
allí seríamos disidencias
sin billetes,
con destino a la Parca,
y dejaríamos una marca
en el comienzo
de los primeros segundos,
y llenaríamos
de latidos inacabables
la extensión de la eternidad.


"Probablemente"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

miércoles, 7 de enero de 2009

Cines de verano

Él se acostumbró
a ponerse de puntillas
para poderla ver,
adoptó aquella postura
como algo natural,
aunque siempre
terminaban por dolerle
las puntas de los dedos,
de los sueños de los pies.

Dejó que su cuerpo
fuese más cierto
que la propia verdad,
en sus cálculos
no cabían los intereses
que se pueden cifrar,
no tenía balanza
para pesar pros, y contras,
simplemente creyó
que ella sería una vez real,
y puso sobre un papel
una hora escrita en rojo,
y crecieron cuentos de moho
en el lugar de las citas,
y se apagaron las farolas
de las calles en vela,
junto a un solitario, y viejo,
sombrero negro de jazz,
amante de los cines de verano.

"Cines de verano"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

lunes, 5 de enero de 2009

Comienzo

Empezaste a colonizarme
desde la invisibilidad del aire,
es cierto que para mí fuiste
como una ocurrencia etérea,
o una grieta de luz abierta
en la densa niebla de la razón.

Y comencé a imaginarte
de mil maneras irreales,
y también te pensé
bebiendo de una copa de vino,
mientras en el viento se recitaban
muchos de los versos prohibidos
por todos los dioses del pecado,
y de la leña del fuego nacían
las lenguas sedientas de los dos.

"Comienzo"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.