domingo, 11 de diciembre de 2011

... de tejas y hojalata


Dejo que la madrugada
espere a quedarse sin cielo,
así la luz se forma
como si fuese una parte
de los verbos de tu cuerpo,
no hay prisa para volver
a la cadencia impaciente del día,
no hay motivo para borrarnos
de las palabras que preceden
a un tacto desnudo de pudores,
y como los versos binarios
de dos universos opuestos,
dejaremos que el espacio
se vuelva tiempo despacio,
tiempo sin fechas o nombre,
y que nos renombre
la sinceridad primera de la piel,
para que lo sepa el silencio,
mientras el alba se moja
con las gotas clandestinas del rocío,
y el frío es parte de un dilema,
en las fronteras donde
se vierten los colores del amanecer.


"...de tejas y hojalata"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Proximidad y lejanías


A pocos pasos de ti,
sin distancias cegadoras,
solamente con el color
en el que se adormece
una tarde pintada dentro
de los horizontes del sur.

A pocos pasos de ti,
sin prefijos telefónicos
ni equipajes de estación,
sólo con las hojas
que nos relata el otoño,
palabras de acento húmedo
y semántica paciente,
palabras que se tejen
sobre los cactus de la luna,
a pocos pasos de ti,
como la ropa que vestirás
en el día que se aproxima,
o como las cartas deletreadas
por la boca del remitente.

A pocos pasos de ti,
como el camino
que se cruza en tu camino,
o como las calles paralelas
a los portales de tu calle,
tanto espacio despacio,
tanto tiempo ilimitado,
a pocos pasos de ti
pasa la vida dentro de otras vidas,
y se muere la muerte
que vive en las muertes ajenas.

Y así, a pocos pasos de ti,
se pierde la piel que tuvo
los sonidos del desierto,
y los tejados se vuelven
lugares secretos para los gatos
que maúllan a pocos pasos de ti.


“Proximidad y lejanías”
©Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

domingo, 23 de octubre de 2011

Método externo contemplativo

Sin ropa, así fue como llegué
hasta el límite del hemisferio
en el que se formulan las dudas,
en mi desnudez encontraron refugio
unas pocas palabras usadas,
eran frases de morfología arrugada,
como lo son los últimos papeles
de las calles de las noches,
escondían, tras su volumen
de aspecto tridimensional,
una ilusión de verbo y tiempo lineal,
en el que se debatían la vida y la suerte,
dentro de los viejos espejos del recuerdo,
y algo me hizo querer olvidar mi nombre,
y supe que allí aprendería a recoger,
con mis manos, los colores rojos
caídos desde las cáscaras de Marte.

En aquel paisaje me asemejaba
a una pregunta a la espera,
en aquel paisaje las respuestas
no eran una sentencia estática,
no tenían los acentos impuestos
por el paso acentuado de los años,
no eran prisioneras de un después,
no tenían motivos para el miedo,
pues después sólo había aire,
viento sin nombre, y en sus curvas
nacía un lugar cercano llamado: aquí.

La calma de la perspectiva externa
de los universos borgianos,
estaba al servicio de la exclusión
del concepto presencial inmediato,
no era necesario formar parte,
ni llegar a ser,
no era imprescindible la ocupación cúbica,
la realidad comenzaba dentro de un sueño
destinado a hacerse alguna vez realidad,
y la verdad era una secuencia inexacta,
un logaritmo, de pronóstico reservado,
dibujado con tiza sobre una pared de sal.


"Método externo contemplativo"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Paisa-je

Te contemplo con el cuidado
discreto de los gatos nocturnos,
el que camina por los tejados
durmientes de la media luna,
la que te viste con luz de calma,
la que se posa en el preludio
de tu sueño recién nacido,
ella te retrata exacta sobre la cama,
de su paleta de plata y silencio
parten los trazos que cuentan tus formas,
y me acerco hasta el calor de ti,
y me roza tu olor de medianoche,
y en él te siento como se siente
la vida que solamente quiere vivir,
la que transita por los momentos
precisos de la piel hospitalaria,
la que esperará al rocío temprano
que llega con la llegada del alba.

El todo ineludiblemente universal,
el que se representa a diario,
es una obra de teatro
que nos resulta totalmente ajena,
ahora la física convencional se diluye,
como si fuese un terrón de azúcar
dentro de una taza de café cósmico,
y las estrellas hacen, con sus brillos,
lunares para los vestidos que bailan
los duendes de los cielos flamencos.

Ahora es cuando sé que tú,
capricho del Big-Bang,
te renombras en la teoría incierta
de mis certezas necesarias,
en ella discurres como río nuevo de abril,
en ella te alzas sobre el suelo,
como las hojas del viento que escribe el otoño,
y así dejamos atrás la razón desahuciada,
la que solamente suena a sentencia,
y es entonces cuando el espacio
se curva al gusto de tu antojo,
y busco en tus ojos la respuesta
que no tuvo pregunta alguna,
y me contestas con tu tacto,
y la verdad inmediata se hace realidad,
y se escribe sin tinta ni letras,
bajo tu ombligo, capital del país de tu cuerpo.


"Paisa-je"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Calles de calle

De tímida luna y luz de agua,
 hija bastarda del cielo,
huérfana absoluta de las estrellas,
arropas tu piel de silencio
bajo las sábanas desiertas
que cubren el horizonte,
así estás atada a los destinos,
presente en la soledad de otros,
como las letras de las cartas
 donde se dan cita los delirios,
esas en las que las ficciones estallan
por la gravedad forzada en la que vive la realidad.

Calle de paso en cualquier lugar,
asfalto y cemento con destellos
rectangulares de cristal,
 metro por metro,
paseo por el que circula
un día cotidianamente diario,
tiempo amenazado por la cuerda
de una horca anudada a un viejo reloj,
lugar para que la ilusión se quiebre
a la altura de la desilusión,
calle callada para que los sueños callen
y para que el silencio tenga su propia voz.

Penas  para las venas diarias
que hacen equilibrios,
calles de ropas cansadas
fuera de los intereses de un mapa,
oasis con los besos de los portales
donde se esconden los primeros besos,
calle que se hace compañera
y frontera en la vida de un niño,
desengaño y certeza comparten
aceras cada vez más pronto,
cada vez más cerca,
cada vez más vez.

 "Calles de calle"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

jueves, 18 de agosto de 2011

Adicciones discretas

Habitaban en el eco de los días,
habían dejado el presente
pendiente para algún mañana,
y ahora eran la consecuencia
de una causa perdida,
con la cruz por las dos caras.

Así subsistían por los horarios,
como un par de ignorancias
que se asomaban por las rendijas
que dejan abiertas las fechas,
grietas por las que se miraban
sin llegar a dejarse ver,
pero se veían sin dejar de mirarse,
y jugaban a jugarse para no doler,
y jamás se besaron, para no saberse.

Así fue como se censuraron,
tapiando puertas y ventanas,
sellando los poros de la piel
que batallan contra las lejanías,
y presentaron sus quejas al alba,
y sus silencios no tuvieron más remedio
que convertirse en las formas de la voz.


"Adiciones discretas”
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Zzz...

El indeciso vuelo de una mosca
capta mi atención, mientras fuera,
en la calle, Madrid se aplasta de calor.

Me pregunto por cuál será la causa
de tanto arrepentimiento en su vuelo,
sus trayectorias son un perpetuo; “casi”,
aunque es posible que ella,
desde sus idas y venidas, se pregunte
por el motivo de mi extrema inactividad.

El aire se ha quedado quieto, seco,
parece como si hubiese muerto,
y en él la mosca, desaparecida,
tal vez desairada ante la defunción
del “hache dos o”, ha dejado
de cruzar los cables de mi pensamiento.

Ya la veo, está sobre la mesa de cristal,
creo que la indecisión se perdió
ante unos granos de azúcar
caídos desde las horas del café,
granos de azúcar, dulces balizas guía,
sobre el vidrio de un pista de aterrizaje
espontánea y hogareña, a escala: uno por yo.

Mi pie mueve la mesa, la mosca
vuelve a los caminos de aire,
regalándome el veneno
en su mirada, y de reojo.

Retoma las zetas invisibles que deja tras de sí,
no sin antes acercarse a mi rostro
con vuelos amenazantes y rasantes,
y se camufla entre las sombras de la estancia.

Fuera, en la calle, Madrizzz se aplasta de calor…


“Zzz…”
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

viernes, 29 de julio de 2011

Perspectivas y fugas

Mira las calles, comenzaron a enmudecer
tras el paso de los pasos perdidos,
creen que ya es tarde para que la realidad
tenga el sabor libre de las utopías,
y el calor de los sueños se duerme,
mientras busca las manos fuera
de un paisaje deshabitado.

Pienso que, tal vez, nos olvidamos
de las primaveras atentas,
por eso grita la tierra
como si fuese la última voz,
o como una añoranza perdida,
y se retuerce el dolor
dentro de sus brillos de cuarzo,
ya nada vuelve a ser importante
cuando se derrotan las esperas.


"Perspectivas y fugas”
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

domingo, 17 de julio de 2011

Ruido de silencios

Ya comienza a ser ruido
el alma de todo este silencio,
ruido repleto de sombras
que parecen miedo,
sombras que entornan
los ojos de los sueños despiertos,
y que se acercan
hasta donde nos alcanzan las manos,
y nos tocan
como si fuesen rocío nuevo,
y nos moja, una vez más,
la penumbra de la madrugada.


“Ruido de silencios”
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo

jueves, 30 de junio de 2011

Mecánica cuántica

La quietud se envuelve en ella misma,
y vuelve a ser esa fiel
aliada del silencio de carácter privado,
el acento de la tarde es leve,
tanto, que predice el olor
de la tierra mojada a la altura del cielo.

Entre la inquietud de los dedos
se estremecen los prólogos
de las historias sin germinar,
sus lugares de existencia
crecen en los diminutos surcos
de los laberintos dactilares,
los que otorgan una exclusividad
no siempre bien entendida,
y nacen las sombras ,
bailando sobre las paredes,
paridas desde el fuego
que lucha contra la sentencia
pálida del invierno pendenciero.

Entonces la probabilidad
de una idea única se quiebra
a fuerza de pensarse una y otra vez,
mientras la taza de café se burla
y se enfría, ante la visión estéril
de un papel en blanco, un papel mudo,
posiblemente sin ganas ya de ser papel.

En este desierto podrían caber
estas cuatro paredes de universos,
y los mares de mil novelas
de piratas con parches negros,
pero tú, tal vez inconfesable,
te derramas por cada uno de los bordes
de cualquier cuento que intento,
y practicas la superposición cuántica,
que te deja en todos mis sitios, a la vez.


“Mecánica cuántica”
® Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

domingo, 12 de junio de 2011

Regeneración

Guardé los restos más pequeños de los minutos
que no aprendieron a quedarse quietos,
y envolví, con su fragilidad, tus colores de poniente...

… y te pensé, en presencia de tu ausencia,
con las mismas palabras que crecieron
en las horas disidentes de los relojes,
esas hermosas discrepancias temporales
que no tenían el sentido de las agujas del reloj,
y que podían desdoblarse, o volverse pequeñas,
palabras que eran incapaces de guardar silencio
frente a la palidez de un papel a la espera…

…y te recité, rodeado de vacíos implacables,
y volvieron a brotar las rayas de arena
que le daban forma a tus huellas,
y regresaron los designios del calor
hasta las ramificaciones del frío, en mis venas,
y pude imaginar los caminos, de cal y de cielo,
que llevaban al país prometido de tus caderas…

… y volví a desechar los dictados
de la semántica de fonética contraria,
por qué la lejanía, cuando suenas tan cerca,
o para qué mi tacto, si no llega hasta tus pechos,
cuál es la causa de esta incoherencia de frontera,
cuál es el motivo de esta indecencia,
empeñada en proclamar su verbo contra
la honestidad primigenia de la piel,
como si fuese una jerga de condenas sin clemencia,
y tú, adictiva ciencia de paciencia infusa,
sigues dejándome tu silueta felina
sobre los tejados durmientes que paseo sin fin.


“Regeneración”
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

martes, 26 de abril de 2011

Tiempos del tiempo

Me quedaré donde se calla el silencio
que precede a las palabras,
y en su calma,
que se quiebra como lo hace
la copa vieja que bebe
de las noches de cristal,
y buscaré aunque se esconda la vida,
aunque se muera de muerta, la vida.

Así aprenderé a dejar para más tarde
las tardes que se mojan con los otoños,
y las mañanas serán conceptos
abstractos en las manos del mañana,
como el atrevimiento que habita
en los cajones de las cartas,
las que cuidan de las letras
en un papel que tuvo, alguna vez,
la vocación de ser algo más que papel.

Una caricia, con sabor a despedida,
será una flor hecha a la medida
de una tumbas inacabada,
minuciosamente olvidada,
a ras de suelo,
desde la cabeza a los pies,
y desde los pies a la cabeza.

Presiento el frío, él me visitará
desde el otro lado de las ventanas,
y sentiré la desolación
en las calles de las guerras,
en ellas están todos los restos
de los que no tuvieron
una oportunidad, necesaria oportunidad,
y los fragmentos de algún sueño
brotarán en los ojos cerrados
y en los labios abiertos,
sueños caídos desde el abismo de los sueños,
sueños dormidos a fuerza de ser sueño.

Y yo, sin las pretensiones
engañosas de querer volver a ser,
retornaré al sabor que tiene la sal
de un mar breve, en un mar desconocido,
y se borrarán los primeros besos
como si nunca hubiesen existido,
como si nunca hubiesen sido,
como si jamás hubiesen nacido
en la boca que no se alimenta de pan.


"Tiempos del tiempo"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

viernes, 25 de marzo de 2011

En la penumbra

Acariciar la serenidad de tu cuerpo,
cuando apenas se destilan
las primeras gotas de la mañana,
sentir la bienvenida que me da tu olor,
ese que te acompaña
desde la tierra de los sueños,
y ver cómo nacen los colores
nuevos del nuevo día,
y observarte en ese ritual diario
que te recrea a la perfección,
sin dejar ningún detalle en el olvido.

Te descubres, poco a poco,
con la misma timidez
que usa la luz para mostrarte,
para dibujarte en los caminos
que me llevan hasta el nombre de tu piel,
y la eternidad, de un momento,
se instala en la brevedad
de los segundos que te preceden,
brevedad de respiraciones contenidas
y de sábanas expectantes,
tiempo sin tiempo para otro tiempo,
sin espacio para otro cuarto
lejos del lugar de este mismo lugar.



"En la penumbra"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

lunes, 21 de marzo de 2011

Creencia y posibilidad

Podría dibujarte en la silueta
de una ciudad de aspecto lejano,
o relatarte como si fueras
un cuento hecho a mi medida,
la verdad es que podría
inventarte dentro los países
de las banderas descoloridas,
o situarte en el mismo centro
de un universo en el que no
queda sitio para la palabra:jamás.

Podría describirte en una carta
con las rúbricas de las despedidas,
o engarzarte en uno de los anillos
que cortejan la virginidad de Saturno,
pero sólo tengo las palabras
que brotan alrededor de un papel,
y la sed que no descansa
en el fondo de un vaso vacío,
por eso sigo vagando
por las antípodas de los silencios,
y persigo el tacto del hielo luminoso
que sigue el camino de una estrella fugaz.


"Creencia y posibilidad"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

martes, 15 de marzo de 2011

Datando

Eres una playa hecha con los cristales
derramados desde una ventana del silencio,
crujir semántico que otorga peso
a la reunión del aire por metro cuadrado,
y en medio yo, o una parte suficiente
de mi mí, ejecutando la presencia.

En este acto de fe, en esta comunión
de palabras escritas sobre los papeles,
en los que aprende su caligrafía el argón,
surge la tentación de una mirada
clandestina al escote de la madrugada.

Adentrarse en el pálpito de un año luz,
ser parte del vértigo de todo lo cercano,
y del eco que acoge el verbo ancestral
en el que lloraron su nacer las estrellas.

Madrugada, presagio incesante del alba,
estás hecha con los restos de los delirios
que no tienen sitio bajo la luz de la razón,
y te envuelves con los colores caídos
desde los comienzos del universo,
por eso eres el verso que besa el papel,
y la ausencia de la piel que grita el alma,
madrugada despierta para el que calla,
horas de oscuridad en blanco para volver a ser.


"Datando"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

viernes, 4 de marzo de 2011

Equidistancias

Siento brotar la urgencia del verbo
que se provoca dentro del silencio,
intento darle sentido a ese sonido
que nos traduce los pensamientos,
y éste crece sin reparo,
aprovechando la ausencia imprevista
de la que hace gala la prudencia del pudor.

El tiempo, y su obediencia,
se amoldan a las necesidades del espacio
que me rodea por los cuatro costados,
en este mundo, de aspecto tangente,
resulta increíble creer en la existencia
de un solo dios para tantos credos,
todo lo que encuentro va más allá
de la simple explicación cotidiana,
y sin embargo, noto la inquietante cercanía
de los micro-universos que atravieso,
y los observo, sin formar parte de ellos,
como si soñase con poder soñarlos,
y dejo que me atrapen las horas
que no tienen una esfera a la que ir.

Respiro la paciencia del miedo,
está a la espera de la espera,
concienzudamente callado
tras los guiones que le dan la espalda,
parece una mota de fuego eterno,
una condena a la eternidad de la pena,
y huyo de los tópicos a oscuras,
y de las dudas que se amontonan
al otro lado de las puertas,
no quiero ver el rostro de la muerte
antes de que me sonría la vida,
y escucho llegar una balada,
inconscientemente,
mientras la conciencia se ocupa
en desocuparse cerca de un punto final.


"Equidistancias"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

martes, 8 de febrero de 2011

Made in China

Te presiento, en blanco y negro,
como se siente el roce del viento,
ausente del atardecer de los colores,
es entonces cuando el empeño
del aire comienza a pensarte,
y naces dentro de la imagen
de un reloj parado durante
los últimos minutos de ayer,
escondida en su transparencia,
presente detrás de su tacto invisible,
eres el aire exacto que se recorta
en una silueta de forma incompleta,
como la nariz solitaria de payaso
que no tiene a un payaso detrás,
o como el cuento condenado
a no ser jamás: “érase una vez”.

La vocación del rincón no conoce
el sabor salado del agua de mar,
ella sabe que las palabras
tendidas sobre la tierra se agrietan
con el paso del tiempo,
ese tiempo en el que habitamos
rodeados de notas, a pie de página,
que solamente hablan en blanco,
y te construyes entre palabras
fotocopiadas dentro de universos
copiados en alguna parte de China,
sinónimos, de categoría antónima,
como los abrazos en línea recta
desde el principio y hasta final,
por eso sigo el camino que no leíste
en las líneas de mis manos,
y dejo que tu calle se calle
unos metros antes de empezar a llegar.


“Made in China”
© Ediciones Cambalache-chus alonso díaz-toledo.

jueves, 3 de febrero de 2011

Mundópolis

Fracciones impersonalmente iguales,
como los segundos que se pierden
dentro de los minutos de las horas,
circulando destinos predestinados,
habitando los pulsos irreconocibles
en la existencia del Gran Reloj,
y con su rutina, los pasos hambrientos
de la carcoma que ahueca los escenarios,
mientras en la portada nueva del diario
se gritan los gritos del día anterior.

Caldo incesante de partículas anónimas,
la física te proclama con la seguridad
total del practicante y su credo,
y te susurra para la nada y el todo,
entre personajes secuestrados
por el principio de sus conciencias,
seres de movimientos amordazados
por las combinaciones cúbicas
de un dado, con trece caras,
en el que no hay números a favor
de los que alguna vez quisieron tener voz.

Y se aferran los colores de la consciencia
a la singularidad del momento,
y se encuentran en la ofrenda
que murmullan los árboles altos y el viento,
y la solidez de todos los caminos
se desnuda sobre una línea, en el horizonte,
y miles de sombras chinas aparecen
y desaparecen tras el discurso del sol,
y los ojos se cierran sobre sí mismos,
y los sueños se dicen en el idioma
que permite sentir en la piel la llegada del calor.



“Mundópolis”
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

miércoles, 26 de enero de 2011

Vigilia

Tiembla , como la luz de la vela
encendida en los vientos del alba,
el tiempo se desborda de tiempo,
y envuelto sobre sí mismo,
ha dejado de ser una referencia
para la orientación de la confianza.

Su volumen espacial se distorsiona
dentro de estas cuatro paredes,
tiempo crispado, sembrado de aristas,
endeudado en el primer principio
y arruinado desde la punta
de su inmerecida memoria,
metáfora de conciencia obtusa
hecha con gas y cemento,
insolencia de pronóstico efímero,
apariencia sin fecha de caducidad,
tiempo de carácter reservado,
te muestras repleto de escalones,
y no tienes instrucciones
para el movimiento de los pies.

Noche, estancia obligada
dentro de su continua existencia,
firma imborrable que se extiende
ante los insignificantes ojos
de quien se atrevió a contarte,
noche de apuesta tramposa
contra la imaginación penitente,
declaras tu fortaleza de aspecto
inexpugnable en tu muro incierto,
eres tan real como la roja realidad
que recorre la senda de las venas,
versos de cielo para la desolación,
lucidez confusa de colores negros,
noche para la bella durmiente
que duerme su sueño en las afueras,
noche, eres la tortura silente
que se proclama por las noches en vela.

Tu gravedad se refleja en el sudor
de cada gota impaciente,
sudor seco, sudor escueto,
humedad donde se cuartea la piel
de las pesadillas de las manos,
noche, eres el fruto del parto parido
junto a los bordes del ocaso,
hija con los nombres bastardos
del silencio kilométrico,
noche sin calma, sed delirante
en la garganta de las sombras,
noche de cuarto creciente,
semillero donde se forman las formas,
eres el verbo de la letra constante
que se conjuga donde calla la luz.

“Vigilia”
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

jueves, 20 de enero de 2011

Química cerebral

Pensamiento de tamaño subatómico
y forma cuidadosamente circular,
onomatopeya grave, silenciosa,
como la totalidad confusa que oprime
las milésimas de los segundos,
y en los mundos de algún momento
suena el lenguaje que aprendió
a decirse tras la lluvia,
y en las distancias de la arquitectura,
la cercanía de una grieta
se levanta contra la parquedad
de las figuras en la que se relame la soledad.

Dictadura pura de la química cerebral,
precisión estricta de un guión hecho
con palabras moleculares,
frases atadas a los designios de la luz,
tal vez no supieron escuchar el frío,
y ahora el ruido es tan inmenso
como la extensión de la eternidad,
intolerablemente escandaloso,
escandalosamente intolerable,
y la piel se pregunta en las entrañas,
respiración por respiración,
aliento por aliento, pudor tras pudor.
y en las vísceras no quedan respuestas,
solamente hay dudas dispuestas
a deambular por los caminos de nunca acabar.


"Química cerebral"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

miércoles, 12 de enero de 2011

Acordes

Se silencian todos los acordes
de una noche cualquiera,
dejan de nacer, se vuelven
aire sin movimiento,
y se pierden,
se borran como si fuesen
huellas de sal pisadas por agua,
y el azul se torna mudo oscuro,
tanto que parece muerto,
y los papeles usados dicen
lo que dijo una vez el tiempo,
mientras la calle se vuelve
una ecuación de distancias,
y el viento recuerda, en silencio,
el susurro de una voz lunar del sur.

Nos moldearon para el entorno,
encadenados al intento
disonante de los olvidos fallidos,
a la medida exacta de sus exigencias,
y callamos la verdad que se extiende
bajo los refugios de la piel,
nos convertimos en señales tangentes
para las cuestas de las calles al revés,
levantando fortificaciones
resistentes al poder de la memoria,
y nos autoproclamamos uno
antes que tuyo y mío,
y el miedo no se atrevió a mirarnos,
ni el grito pudo volver a gritar,
y así, con la excusa de las espaldas,
se cegaron las expectativas de los ojos,
y se mutiló la esperanza del tacto,
y el sonido de los vuelos rotos
se cerró, abierto, dentro de un viejo cajón.


"Acordes"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo

domingo, 2 de enero de 2011

Viajero accidental

Salió hasta donde las puertas
se cierran por los bordes del viento,
en sus pies calzaba las zapatillas
de andar por los pensamientos,
fue entonces cuando supo que quería
saber por el origen de los olores,
tuvo curiosidad por el porqué
de aquel idioma sin ruido que tanto decía,
y también pensó en cómo podría aventurarse
hasta las cuerdas vocales del primer instante,
así podría conocer la verdadera voz de la voz,
y por qué no, el sentido que tienen
las agujas del tiempo, cuando en el espacio
se reduce el tiempo, también tuvo su atención.

Quiso llegar hasta el comienzo del horizonte,
en su equipaje, un sencillo saco de tela,
volcó un puñado de anillos de madera,
pues ellos eran los dueños
de la paciencia centenaria de los árboles,
y se inventó los mapas de las tierras
que guiarían sus pasos hasta donde duerme la luz,
y le tuvo que preguntar al vacío
por las manos en las que se hallaban las respuestas,
y el vacío se hizo mil añicos de color añil,
y renació convertido en una cabeza
de elefante parlante, con acento francés,
mientras sobre las nubes llovían las almas
de cien mil cántaros de barro,
y dos tazas de té, tomando el tren de las cinco,
cubrían sus cabezas blancas de humo
con los sombreros viajeros de René Magritte.


“Viajero accidental”
© Ediciones Cambalache. Pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo.