lunes, 24 de agosto de 2009

Iniciación

Momentos de estimaciones,
y en consecuencia,
de desestimaciones también,
con descartes hirientes
sobre la mesa,
en partidas caníbales,
con cartas escritas,
de apuestas siempre
dispuestas a matar
para no dejarse ganar,
y enmudecen los teléfonos,
y pensamos letras de olivetti,
y el humo no se dibuja
con un motivo en el aire,
para que vuelva a temblar
la superficie de la mar.

Ya, en la calle de la luz,
el calor es amarillo,
amarillo chillando
desde los rincones,
amarillo rebotando
en el suelo,
y golpeando sin pudor
su fuego invisible
contra la cara,
y el sabor es
el de la asfixia,
y en los almanaques
no se recuerda nada
de la personalidad de enero,
y en los relojes
el tiempo es redondo,
y necesita tomarse su tiempo,
y comienza a gritarnos
el silencio con sus palabras,
que son de lejos,
luego, más cerca,
aquel ruido seco,
y brotan yemas nuevas
en la prisión del miedo.


"Iniciación"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo

miércoles, 12 de agosto de 2009

3

Hoy puedo detener el momento,
tengo la capacidad de poder
disfrutarlo hasta la extenuación,
sé que existe una utopía
en cada pliegue de sus ropas,
y un lugar, dudosamente exacto,
donde los segundos son de arte,
y los minutos, hechos a mano,
nos crecen por los poros de la piel.

Hoy tengo motivos de sobra
para quedarme en cada luz,
y para moverme en cada sombra,
hoy puedo ignorar todas las calles,
puedo declararme en huelga de celo,
y volver a jugar en su pelo,
mientras el silencio suena claro,
mezclado con las historias
que alborotan nuestros cuerpos.


"3"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

lunes, 3 de agosto de 2009

Cienciopatología

Este empeño en teorizar
sobre lo denso,
sobre lo que se siente
en la boca del estómago,
o sobre lo que nos oprime
en medio de la garganta,
esa manía autoprotectora
del entendimiento racional,
para huír de lo concreto,
de lo que requieren los poros,
de lo que nos exige el momento,
sin importar el pensamiento
de los que sólo saben pensar,
esos que no entienden del tacto,
ni ven el color, que tiene la luz,
cuando la mañana se ilumina
con tu desnudez temprana,
que aún duerme sus sueños.

Ellos creen que es necesario
explicar la vida, para vivirla,
piensan que no se puede morir,
si el corazón sigue latiendo,
desconocen el óbito en vida,
se niegan a reconocer
el miedo de su conocimiento,
y se aferran a la disciplina
que alguien les contó un día,
y se preocupan del bienestar
general de los demás,
y de los buenos modos,
y de tu prometedora seguridad,
y también de la seguridad
de mi prometedora ruina.


"Cienciopatología"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.