miércoles, 29 de diciembre de 2010

1 al cuadrado

Ahora que en el silencio habitan
las indecisas dudas de las distancias,
ahora, que las palabras provienen
del mismo eco de las palabras,
te dibujo sobre el mármol
paciente de una mesa
reservada para las letras,
perdido en el rumor de las entrañas
de cualquier viejo café,
y destilo la suma de todos
los ruidos que me son cercanos,
para convertirte en pensamiento
de materia, casi, real.

Mientras, en el aire hay un alambre
de equilibrios imposibles,
y la soledad se vuelve un juego,
y se rodea con los nombres
desconocidos de los rostros anónimos,
y entonces, renuncio a comprenderme
fuera de los límites
que rodean tus caderas,
mientras el otoño es un reflejo
que se moja a lo largo de la calle,
y te deletreo, y re-deletreo,
como se repite la lluvia, gota a gota,
contra la transparencia indiscreta del cristal.

Por un momento dejo que seas
un segundo en el horizonte,
y un kilómetro en la lejanía,
por un momento desapareces
de las exigencias que esperan
bajo las sábanas predestinadas,
y la inmensidad se vuelve pequeña,
tanto, que parece imposible
que esté condenada a ser siempre ella,
y vuelvo a los remolinos naranjas,
los que se retuercen en el vidrio
de las canicas con pantalones cortos,
y corro tras un balón,
con la merienda olvidada entre las manos,
y me acerco hasta la palabra; rozarte,
y la tarde vuelve a renombrarse
con el color ámbar de los campos con sed.


“1 al cuadrado”
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Planos paralelos y encontrados

Encontrarte desnuda,
entre la verdad y la duda,
en ese punto exacto
que tiene el desequilibrio
ineludible del deseo,
esquivando geometrías
exactas que se dibujan
con el trazo de las sombras,
sombras que no saben
de los caprichos morfológicos
que corren a la velocidad de la luz,
ni entienden la quietud del silencio
que precede al lenguaje,
el que va siendo traducido
sobre la exigencia inquieta de la piel.

Entre planos paralelos
y encontrados,
dos universos convexos
tienen las galaxias
al alcance de sus manos,
y se mezclan como si fuesen
aire y palabra, palabra y aire,
con un motivo en cada poro,
y en la saliva crecen
los sabores compartidos,
mientras el mundo
se vuelve un concepto lejano,
y lo real es algo cercano,
en la república de una habitación.


"Planos paralelos y encontrados"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo

lunes, 18 de octubre de 2010

Antropología nocturna

Se entretiene la noche
con un nudo de viento,
y la conciencia se clava
en la inconsciencia, sin pensar,
soledad doble con hielo,
en vuelos circulares
dentro de un vaso de barra de bar.

Abrazo de la locura a la cordura,
animales devotos de la orden
sacrílega de "Los Suelos sin Pies",
filósofos del silencio compartido,
antropología en paro y desamparo,
sabios immediatos del momento,
que desconocen la certeza,
realeza de la república de la pobreza
donde se destiñen las banderas,
y a pocos metros,
la verdad se jacta de ellos
recordando que el día
está a la espera de la luz.

Ahora no busques otra razón,
ahora, que se puede rozar el tiempo,
no busques otra razón más allá
de los encuentros furtivos
que reniegan de la existencia
de cualquier tipo de dios,
y deja que se denuden
los pies que caminan a rayas
para que los gorros
tengan ideas de lana,
y que las ganas sean del mismo
color que tiene el sabor,
cuando circula por el camino de la piel.


"Antropología nocturna"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo

viernes, 8 de octubre de 2010

Creencias

Creo en la coagulación
de la letra sobre el papel,
apenas quedan brillos
que dejen pasar la luz,
y se pierden los abrazos
del hidrógeno con el oxígeno,
y las nubes olvidan a la lluvia,
y el camino se vuelve infinito.

Escucha cómo se retuercen
los universos incompletos
que nos pueblan la piel,
ellos saben que la soledad
enrojece como si fuese de sangre,
ellos conocen que pronto
dejaremos de saber el porqué,
o el cómo, o incluso el dónde,
por eso se rizan como mechones
arrancados al cabello del tiempo,
y se peinan con paradojas
que nunca llegaremos a comprender.

Creo en la coagulación
de la letra sobre el papel,
y en la sed de los desiertos,
creo en la mentira certera,
y en el ocaso del día,
y en la prontitud de los peldaños
que suben hasta la noche,
cuando una humilde escalera
nos lleva hasta los principios del edén.


"Creencias"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo

lunes, 20 de septiembre de 2010

De galaxias bajo techo

Se derrama la noche, hora a hora,
sobre los bordes de los relojes,
y como si no existiese la prisa,
dos filosofías contrapuestas
intentan nombrar los cometas
bajo las estrellas de los techos,
y dejan que el sonido del silencio
se vuelva de tierra fértil,
y algunos sueños brotan
antes de comenzarse a soñar.

Dos ideas elípticas que enredan
sus piernas por las rutas
que practican los planetas,
y el espacio se curva,
como si fuese de luna árabe,
y en el tiempo enmudecen las reglas
que corren por la velocidad de la luz.

No hay escalas entendibles
para la física privada,
ni universos convexos
que no quieran tatuarse
con los privilegios de la piel,
por eso las cuerdas se trenzan
con sus teorías del multiverso,
y la materia toma la patria
sincera de los poros
que preceden a las caderas,
y dos incógnitas se desnudan,
poco a poco,
de las ecuaciones pendientes,
mientras en las estaciones
de tren se detiene el otoño,
y las vocaciones
se mezclan con las sábanas,
para comenzar a ser de nuevo otra vez.


"De galaxias bajo techo"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

viernes, 27 de agosto de 2010

Cuando toquen a muerte

Cuando toquen a muerte,
recogeré una caracola
para no olvidar las palabras del mar,
y se besarán la sal, y la espuma,
sobre la ola que aprendió
a decirnos adiós,
y también tendré la astilla
de un lápiz de madera
clavada en mis dedos,
por todas las palabras
que no pude llegar a contar,
y miraré la mirada de un niño,
y escucharé el silencio de la vida,
porque, cuando toquen a muerte,
no quedarán paisajes,
ni los rizos de tu pelo de niña,
solamente habrá cosmos,
universo en su grado inverso,
y un libro de segunda mano
en medio de una mesa en soledad.
 
"Cuando toquen a muerte"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo

martes, 17 de agosto de 2010

Reflejos sin rubor

Ahora que el tiempo se llenó
de moho, y de humedad,
ahora que las horas
tienen desconchones con la forma
exacta de tu nombre,
me pregunto si alguna
vez fui origen,
o simplemente mil palabras más.

No tiene la culpa aquella
ciudad olvidada
que ahora se renombra
con mis palabras,
y que otros se prueban
fuera de su propia talla,
ella no supo que se volvería
una prostituta sin cuarto propio,
y con ventanas tapiadas
hacia donde siempre
nacieron las olas del mar.

Creo que el rubor tomó
la puerta de salida,
creo que no quedan
lugares para la distancia,
creo que nunca viste
más allá de la comodidad
de la ceguera buscada,
y es por eso
que la pena me visita,
y me trae noticias
de lo que, una vez,
pudo llegar a ser rabia.

Deja que las caracolas
sean eso, caracolas,
deja que el eco
no se manche con otra voz,
inventa tu propio mundo
fuera del que fue mío,
y que tus cadáveres vivan
su muerte premeditada,
porque tienes al difunto
en tus dedos,
como si fuese el alimento
que le da la vida a tu ser.


"Reflejos sin rubor"
© Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

lunes, 9 de agosto de 2010

A la sombra de Irati

Me pregunto por la hoja
cuando llega hasta
el borde donde vive tu piel,
quisiera ver su sentimiento,
conocer ese momento
de haz, y de envés,
en el que tus dedos
la siguen por las fibras
que tejen sus formas.

Así la escuchas
con el tacto, yo lo sé,
así te habla cuando
lees en su silencio,
por eso me miras,
para ver si entiendo
que soy tu cómplice,
en esa función vegetal
que no tiene la necesidad
sonora de las palabras,
y entonces te aprendo,
porque no te supe saber,
y me comprendo siendo
una parte en los días
que frecuentan tus fechas.

Sé que eres el árbol
nacido de la verdad
que encierra la tierra,
sé que estás presente
en las sierras de la nieve,
y en las de la leña,
y te vuelves ilusión
para el norte
cuando sonríes
con la boca de la infancia,
y juegas a las alturas
en una laguna negra
que reina encima del mar.

Así es que eres la paz
para este improperio
que gasta mi nombre,
y la guerra divertida
que lucha contra
la insistencia de la soledad,
por eso te llevo
en un abrazo sin salidas
de emergencia,
porque todas mis urgencias
se encuentran en los sitio de ti.


Fragmento del poemario:"A la sombra de Irati (palabras para las hojas de un árbol)"
- versos: del 8998 al 9045 -
© Cambalache. chus alonso díaz-toledo. 2008.

jueves, 29 de julio de 2010

Despoema

He dejado para más tarde
todo lo que es de un sólo uso,
todo lo que no tiene
la cualidad de la fijación,
todo lo que pasa a no ser
al cabo de unos días,
o de unas horas, o de unos minutos.

He deambulado por la calma
de los átomos de Einstein,
y por el caos subatómico de Bohr,
creí poder tocar
la inmensidad de las estrellas,
y también pensé
en habitar en el imposible
interior positivista de un protón,
o dentro del negativismo
necesario del electrón
que predica, trece veces,
los verbos en martes.

No me atrajo nunca la charla
del neutrón, siempre correcto,
tan sin tomar partido,
tan sin mojarse, tan neutral,
tan condenadamente suizo.

Llegué a escuchar los cuatro
discursos de piedra y eón,
mientras en el futuro comenzaban
a granizar puntos de interrogación,
con curvas como respuesta.

Perdí el tiempo medio viajando
del sí al no, del blanco pasé al negro,
sin detenerme en el espectro
que sustentaba a ambos,
y del frío, llegué hasta el calor
carbonizante del que partió la vida.

Después de ser un desastroso
aprendiz de Ulises,
después de intentar comprender
el Todo, para volver a la Nada,
me di cuenta de que había
pasado la vida mirando
por encima de lo que ven mis ojos,
y los entorné lentamente.

Enfoqué la vista hacia las figuras
de las medias distancias,
las que no salen en la prensa escrita,
ni en ningún boletín radiofónico,
las que son, o están, sin hacer ruido,
amasando la realidad que se come,
y se traga, fuera de la dieta púrpura
del pan nuestro de cada día.

Allí, en las medias distancias,
en las palabras sin discurso,
en el tiempo sin calibre,
en las resumidas cuentas
de menos de tres ceros,
en todos estos sitios medios,
descubrí mi ignorancia,
mi estupida "macro-ignorancia"
que había desdeñado las gotas del rocío,
por querer ver el océano total.

El océano es incomprensible
en sus cifras, sólo podemos
entenderlo como tal,
como un sustantivo, como océano,
pero no podemos comprender
los litros de agua que contiene,
ni el número de especies que lo habitan,
ni siquiera fuimos capaces
de llegar al fondo, y yo seguía
sin mirar a la esencia de todo aquello:
una gota, solamente la gota.

Comencé a deterneme en momentos
en los que antes nunca me había parado,
no ya a pensar, sino a recibir,
a convivir con el entorno.

Entonces, y sólo ahí,
en ese momento,
fui capaz de cromprender
que había vuelto a caminar
fuera del sendero,
había vuelto a sacar
los pasos del camino,
y el camino,
con una intolerante distancia,
me señaló el lugar exacto
de lo que sería mi retirada,
una retirada sin punto de vuelta.
 
"Despoema"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo

sábado, 26 de junio de 2010

Secuelas

El tiempo, esa abstracción
escrupulosamente exacta,
se había vuelto
una herencia mezquina,
los pensamientos,
huídos desde la inocencia,
se mezclaban dentro
del ser, y el estar,
como ejercicios efímeros
que intentaban
renombrar el lastre
de las siluetas pasadas,
y alguien se preguntó
si era cierto que poseía
los permisos que permiten,
y se sacrificó, una vez
por minuto, el sustento
necesario para la respiración.

Las incertidumbres tenían
los huesos conscientes,
eran amasijos de rutinas,
sin la herramienta precisa,
quebrándose como la voluntad,
junto a los últimos retazos
del aire de algunas palabras,
y pasó que las sensaciones,
o el olor de las tierras verdes,
desaparecieron, en silencio,
bajo la dictadura estéril
de las líneas de los horizontes,
y la banda sonora diaria tuvo
el rumor de una película muda,
y las noches fueron
condenadas a no olvidar, jamás,
la memoria que suele tener la piel.
 
"Secuelas"
© Pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo.

viernes, 18 de junio de 2010

Licor de nubes

Se derretirá la noche
con el calor del alba,
nos reconoceremos
entre el alboroto
de las sábanas,
sentiremos ese olor dulce
que tiene el sueño
cuando despierta en la piel,
y seremos los inmigrantes
de nuestros propios cuerpos,
y dejaremos para más tarde
las prisas de mañana,
mientras frecuentamos,
de nuevo,
el comienzo de todo
lo que llegó hasta aquí,
cuando la oscuridad
se prendía en los días de ayer.

La fertilidad de la tierra
será muda con las flores
que germinan el hastío,
y el viento quedará quieto
cuando seamos un rumor,
se decorarán nuestas manos
con el barro de las tormentas,
y diez estatuas de tacto
crecerán en las palmas,
diez motivos para la calma
que precede a toda revolución.


"Licor de nubes"
© Pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo.

martes, 15 de junio de 2010

Gata de noche

En las noches,
cuando la Luna
es la soprano
de la ópera
que se ejecuta
con las luces del cielo,
una gata de noche,
hecha con las historias
que no quieren dormir,
sale a reinar
por el país de los tejados,
y me hace cosquillas
cuando, en silencio,
me comienza a caminar.

El mundo se hace
una alfombra
de edificios durmientes,
y en él, la Gata nocturna,
se asoma a la ventana
desde la que todo se ve,
y me mira y remira,
universal,
y con sus pasos escribe
pisadas sin letras,
que se leen
bajo el farol del silencio,
y mueve el hocico
para reclamar un beso,
y se lame
las patas a rayas,
y se tuerce la Luna,
en la altura,
para poderla mirar.

No tiene importancia
que, en el suelo,
nazcan las flores
del tedio sin remedio,
ni que se invente
una nueva vacuna
contra la felicidad,
porque en esas noches,
en mis noches
sin tiempo,
la Gata usa su cuerpo,
y me dicta
las palabras exactas
que caben en la mirada,
las que duermen
junto al viento
que sopla con vistas al mar.


"Gata de noche"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

viernes, 4 de junio de 2010

Secuencia y consecuencia

Entendimos que el azar
era de palabras en uso,
asumimos esa ilegalidad nativa
que tienen las intenciones,
y detuvimos la vista
junto a un tren parado,
ejercicios concretos
a puerta cerrada.

Me pesan las huellas
de mis botas de arena,
su firma cada vez
es menos profunda,
intento que comprendan
la función de esos caminos
en los que se desgastaron,
es tan complicado
conocer la importancia
de los intentos fallidos,
pero ellas no escuchan,
tienen las costuras
deshilachadas por los kilómetros,
y la boca tan seca de pan.

Siempre me gustó sentarme
entre los papeles del suelo,
ahora sé que soy uno más,
simplemente nací
por la unificación casual
de la madera y la tinta,
y crecí con las historias
que nos fueron denegadas,
como crecen las utopías,
y aunque puede
que todo esto sea
una consecuencia de mi yo,
sigo recogiendo las piedras
que olvidaron los suelos,
ellas son las compañeras
de mis infatigables destinos,
por eso le robo los discursos
a las curvas de los ríos,
y los cuento como remolinos,
con el sabor exacto
que merodea los mundos de té.


"Secuencia y consecuencia"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

martes, 25 de mayo de 2010

Suerte y castigo

Caminar junto
a la suerte desafortunada,
la que por algún siniestro
motivo implica el castigo
como recompensa,
inventarios de lo que tengo,
y tú, brotando desde la tierra
donde te pienso sin miedo.

Me reta la razón
que no entiende tu sabor,
yo la retuerzo,
y se convierte en un remolino
del que solamente caen gotas,
gotas con la memoria
de todas las noches pendientes,
son esferas donde la luna
se convierte en la cómplice
perfecta de las palabras azules,
y en los labios,
me dices
que nos dijimos siempre,
y en las manos,
suda el calor como tinta roja,
y la anatomía se busca
sin prejuicios,
como borrones
inquietos que se debaten
en el blanco del papel.

No dejo de comenzarte
como una tarea imposible,
en mi sed se encuentra
una tarde de tu costado,
y dejo parte de lo que no quise,
para convertime
en el hambre que se niega,
como el pan que no
se parte entre tus manos,
y sintonizo el suicidio
del mar dentro
de una caracola negra,
ella sabe que los gritos
son para las olas
embravecidas, por eso
se enrosca dentro
de su huracán de nácar,
y espera, sabiamente quieta,
como si fuese una estatua de sal.


"Suerte y castigo"
© El País de los Tejados-Cambalache. chus alonso díaz-toledo

jueves, 20 de mayo de 2010

Caminos ateos del cielo

En el cielo,
el color gris
es una declaración seca
que parece dipuesta
a la perpetuidad.

En la luz
se igualan los matices,
todos,
hasta hacerla casi enmudecer.

Y el aire es frío, y pincha,
y duele como si llevase
diminutos cristales
que se clavan en mi rostro,
fragmentos que son
invisibles hasta llegar a él.

Supeditar la verdad
de cada uno,
a la comprensión
de los otros,
es igual que tenerte
que relatar a voz en grito,
desde el silencio,
y en mi silencio
no vive el tuyo,
porque eres
verdad ruidosa,
repleta con todo
lo que quiero,
y vacía de todo
lo que no serás.

Las normas de diciembre
hacen severa la calle,
el calor no existe
en las puertas
que se cierran
desde afuera,
y si existe,
yo no lo concibo,
es imposible asimilarlo,
entenderlo es tan difícil
desde este lado de la vida,
que vuelvo
a querer quererte
llena de sur sembrado,
y de mares cuesta abajo,
y de cal blanca
para que me acompañes
por los caminos atéos del cielo.


"Caminos ateos del cielo"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

martes, 18 de mayo de 2010

Posos de té

Se vuelve el viento
como si tuviese
algo que decir,
y sólo encuentro
aire en silencio,
aire de barrio
a fin de mes,
y en el espacio crecen
nombres repetidos,
y frases que se gastan
fuera de su ejercicio original,
y me dueles en las fábricas,
allí donde se trabaja
con el amor diseñado en serie,
allí donde se lapidan
los secretos confesos
que se negaron una vez a la piel.

Abro las entrañas del cielo,
ese que tenía la extaña
manía de usar bombín,
y está repleto de víctimas,
y me escuecen en la carne
como si fuesen parte
de mi propia carne,
pero no llego a reconocerme
en la sangre de los charcos,
y me ciega el reflejo
de todo lo que ya vi,
y me ensordecen
los ruidos de todo
lo que escuché alguna vez,
y presencio cómo
se asesinan las caricias
fuera de mis manos,
son las mismas
que rozaban otras noches,
y entonces el universo
deja de ser un cuento
para caminar sin zapatos,
y dos colorín colorados
se caen desde el suelo,
antes de aprender
a contarse de nuevo,
pero al revés.

No sé si es por pudor,
o si padezco ese rubor
de la clandestinidad oportuna,
no sé si es por
las lunas nuevas,
o por los gatos
que pensaban
con el acento de París,
pero en los tejados
comienzan a brotar
flores de plástico,
mientras dos gotas
en blanco se beben
con los mismos papeles de la sed.


"Posos de té"
(fragmento de: "A la una en la luna")
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

viernes, 14 de mayo de 2010

Buscando salida

Tras la puerta se encontraba la muerte, era silenciosa, estaba a la espera de su momento para entrar en escena. Un engaño al mayor estafador de la región le había llevado a aquella sucia habitación, un nuevo motel en el que intentar salvar un nuevo jaque, cada vez más mate, en el brillo del paso del tiempo. Sobre la mesilla de noche depositó una "Smith & Weason", la única compañera que no le había traicionado en los últimos diez años. Con la vista recorría la habitación sin captar detalles, sus ojos se movían con los mismo movimientos mecánicos que mueve un tigre enjaulado, y las diminutas gotas de sudor tomaban, poco a poco, su lugar en la frente. Mientras la espera se imponía, tuvo un momento para recordar lo que se suponía que eran sus cosas, su gente, y se dio cuenta de lo solitaria que podía llegar a ser la soledad.

Encendió un cigarrillo, que mal apagó acto seguido, y con la sonrisa cínica de siempre, se incorporó de la cama, sacó, de una pequeña bolsa de viaje, otra bolsa, más pequeña aún, de la que extrajo un paquete cuidadosamente envuelto. En él guardaba una jeringuilla de cristal, en la que se podían ver las iniciales de su nombre, biseladas en letra gótica junto a la escala de medida. Aquel era uno más de los absurdos caprichos que habían poblado su días hasta la fecha. Una papelina de heroína, y unas ampollas de agua destilada, eran las compañeras de aquel cohete de cristal, con rumbo al edén que limitaba con su infierno íntimo, y la calma se disolvió destilando más calma por las venas del sueño.
Cuando despertó la noche ya había tomado el relevo al día, sus manos mesaron el cabello, como si también necesitasen desperezarse, y un trago de bourbon alertó al resto del cuerpo de lo que estaba por llegar. Fue al cuarto de baño para mojar su cara, el calor estaba cada vez más presente, y la ausencia de la más mínima brisa hacía que el bochorno quedase suspendido allá dónde uno quisiera ir. La ventana abierta no era remedio, la cerró, corriendo las cortinas también. No quería que nadie, desde afuera, pudiese ver lo que sucedía entre aquellas cuatro paredes. Repasó las formas del revólver, unas curvas, y aristas, que conocía a la perfección, pero que no dejaba de memorizar cuando sabía que la vida dependía de la voz de aquélla amiga, de cíclope mirada negra. Recibió la visita de la filosofía que habita las situaciones límite, y pensó que podría llegar a ser una de esas hojas secas que viajan montadas en el viento de otoño, aunque sabía desde hace tiempo que su estación de destino era el final de una vía muerta.
El sonido de los pasos, subiendo por la escalera, fue el exilio de aquellos pensamientos, la mano dejó de acariciar el acero finiquito, y se dispuso, en letal comunión, con las formas de las que ahora era lecho. Vio sombras a través de la rendija que separaba el suelo, del borde inferior de la puerta, eran dos manchas oscuras, situadas una a cada lado de aquella salida, que cada vez era más una entrada sin posibilidad de retorno.
Tres manzanas más allá, un niño jugaba a ladrones y policías, antes de irse a dormir..

"Buscando salida"
.© Pokit in a pocket-Cambalache. chus alonso díaz-toledo

sábado, 8 de mayo de 2010

Situación

No aprendió a mirar
hacia otra parte,
daba igual cuál
fuese el paisaje,
o el libro,
o las fotografías,
no supo,
o no quiso mirar
hacia otra parte,
aunque la pantalla
fuese una película
con el guión
completo de otra mujer.

Se convirtió
en una pieza más
dentro de todo
aquel silencio,
compartía no sabía qué,
ni cómo,
pero se sentía
insuficiente,
y aunque seguía
teniendo las manos,
y notaba la quietud
bajo sus pies,
tuvo la certeza
de ser a medias,
por eso quiso hablar,
para escucharse,
pero sólo obtuvo
un cuento sin niños,
y el verbo confuso
de una vieja canción.
"Situación"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

martes, 4 de mayo de 2010

Vaso de jazz

Si llego esta noche hasta ti,
será durante los brillos
cobrizos de un viejo saxo,
esos que se derriten en el borde
de un viejo vaso lleno de jazz.

En la calle enmudece el frío,
hace años que se perdió
la filosofía divergente,
las teorías, a cielo abierto,
nunca tendrán sitio
dentro de las cajas fuertes,
por eso traigo dos notas difusas
para tus oídos,
tienen vocaciones voladoras,
y también son dos silencios
entre los secretos
que le dan la vida a Bourbon Street.

En el cielo hay colores de años luz,
las estrellas se convierten
en premoniciones ciertas
que se posan en tu costado,
mientras, a tu lado,
un contrabajo tiembla
por los nervios que se desatan
en su primera cuerda vocal,
es la hora que no tiene tiempo,
y es el país que no tuvo lugar,
aquí donde dos gatos del barrio
cultivan las tejas con utopías,
y duermen panza arriba
para que no les despierte el sol.

Hagamos en esta noche
una república para los equilibristas,
seremos dos intentos enredados
en el alambre de los pentagramas,
esos que hablan con sonido azul,
y no conocen la prudencia
cuando saltan sin mirar si hay red.

Gasta esta noche conmigo,
derramaremos el secreto
de la lluvia en nuestras manos
como si no hubiese existido,
seremos de ella hasta
que Venus nos moje los labios,
y en un cuarto, la Luna,
nos desnudará la franqueza de la piel .
 
"Vaso de jazz"
© Cambalache. chus alonso díaz-toledo

lunes, 26 de abril de 2010

Después

Atrás quedó la dureza
de la puerta cerrada,
no hubo pudor alguno,
se impuso la dictadura
orgullosa del silencio,
y sobre la mesa cotidiana,
las últimas migas
de algún reproche fueron
arañazos de roca dura,
tuvieron el mismo tacto del adiós,
abismos para las manos vacías,
sentencia de una condena
sin juicio que confundía
la luz de la realidad,
y la soledad se hizo
casa prefabricada,
un recinto cerrado,
de huída imposible,
que nunca fue lo que pudo ser.

Ahora me pregunto
si tú te preguntaste,
ahora,
que se enlazan mar y tiempo,
me pregunto si valió la pena
tanto frío,
cuando aún no había
llegado a llegar el invierno,
y la respuesta es un hueco
sin aire para respirar,
un cuadrado sin esquinas,
ni líneas que le den geometría
al nombre del siguiente día,
por eso ya no hay versos
que vuelvan a contar el universo,
ni hay sal para dar sentido
a la necesidad cotidiana
de un pedazo de pan.
 
"Después"
© Cambalache-El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

martes, 20 de abril de 2010

Pretérito del oeste lunar

Eres de cada momento,
así naces en mis manos,
perteneciente a ese
tiempo exacto, concreto,
no importa el nombre
que tengan las horas,
ni el lugar del año
que ocupen los meses,
porque te llevo en las huellas
de mis botas viajeras,
y en la firma de todos
los poemas que dejé,
a la espera, guardados
a la sombra de un cajón.

Podría erradicarte de mis días,
y suspenderte entre la alevosía
de toda esta antimateria,
podría reprocharte
por las copias a escala,
o por esconder las rayas
de tus calcetines bajo
unas medias de señora,
podría fingir que olvidé
cómo se hace para leer,
o denunciar que perdí
el bote de tinta para escribir
desde cualquier papel,
podría dejarte para más tarde,
ubicarte junto a los libros
perdidos de tanto uso,
pero la memoria está hecha
con los restos de la piel,
aunque sólo sea memoria,
aunque sólo sea una historia
sobre la tierra del oeste lunar.


"Pretérito del oeste lunar"
© Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

domingo, 11 de abril de 2010

Blues mudo de uva morena

Pequeña, pero importante,
como la letra que escribe
la madera en el vino con tiempo,
y de color constante,
alquimia de la uva morena
para la copa de cristal,
delirante, como el aire de levante,
vas y vienes por los andenes,
desde la primera, a la última estación.

Beberte hasta la cordura sería
una solución, una vacuna
contra la guerra fría
que oculta en silencio la voz del sol,
beberte hasta ocupar la memoria
con el olor preciso de tu cuello,
llegar hasta el inicio de la escena
del último pecado original,
y dejar que la piel se desnude
antes de que se nos acabe el cielo,
antes de que llegue al suelo
la última nota de una pieza de jazz.

"Blues mudo de uva morena"
© Cambalache-El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

lunes, 8 de marzo de 2010

Monocotiledóneas y libretos

Esconder la sencillez
tras las cortinas del teatro,
complicar los dos nudos
que nos atan a la nada,
sin ser más sencillo,
es menos ruidoso
que la simpleza de la realidad,
y sin embargo,
torcemos las cuerdas
hasta alcanzar el color morado,
y exprimimos el aire
en busca de respuestas,
y si las respuestas están
opuestas, frente a frente,
quietas, mirándose a hurtadillas
a través de un cristal,
alguna vez debieron
llamarse transparentes,
como el mes de abril
al que no supimos llamar.

Entonces, y en silencio,
las hojas del suelo se esconden
entre tantos y tantos otoños,
que podrían ser toda una vida,
o solamente otoños
de noches concretas
con vuelos a ras de piel,
noches blancas de luz
y de luna cenicienta,
noches sin prisas para la noche,
noches que saben exactas,
tanto como preciso es el sabor
que nombra de cerca a tu piel.
 
"Monocotiledóneas y libretos"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

domingo, 31 de enero de 2010

Motivos para los versos

Me escocía tu ausencia
como si fueses alcohol
inyectado en las venas,
por eso te quiero a diario,
y que no termines aquí
como si fueses una medida,
o la fecha de mi caducidad.

No puedo usar mis metáforas
cuando te alejas,
no quieren verte maquillada
con la distancia en tu rostro,
por eso me ofrezco
con sonrisas de agua perenne,
y como el inquilino de tu alma
que te alborota la cama,
así seremos para no perdernos
entre los pliegues del tiempo,
para que siempre seas la vida
donde crecen mis palabras,
porque fuera de ti
sólo hay silencio indecente,
silencio de ruido asesino
que mata cuando te imita la voz.


Fragmento del poemario:
"A la sombra de Irati (palabras para las hojas de un árbol)"
- versos: del 8998 al 9030 -
© Cambalache. chus alonso díaz-toledo. 2008.

jueves, 7 de enero de 2010

Ecos y versos

El paisaje te llevó hasta
sus granos de arena,
allí donde el silencio
se queda quieto,
sin murmullo,
rotundamente callado,
inmerso en su propio yo,
y compruebas tus manos,
en ellas hay pequeños
pedazos de espejos rotos,
reflejos borrosos
sin señales de sal,
y buscas pasos
que se asemejen
a otras huellas del camino,
y los conviertes en algo,
mientras juegas con todo,
como si buscases
encontrarte en la nada,
como si no tuvieses
suficiente con las olas
que danzan el baile del mar.

Comprueba el pulso
que relata el viento,
busca en su ritmo,
en su latido profundo,
deja que la esquina
sea la que te cuente
los cuentos de luz naranja,
y que en tus labios
se muerda la sinceridad
que separó la distancia,
así conocerás el sabor
que olvidaste en un viejo bar,
junto a un montón de notas
tiradas sobre un pentagrama,
y a una foto agrietada,
y sin noticias de fecha,
vestida de blanco y negro,
dentro de un vaso de cristal.
 
"Ecos y versos"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo