lunes, 20 de septiembre de 2010

De galaxias bajo techo

Se derrama la noche, hora a hora,
sobre los bordes de los relojes,
y como si no existiese la prisa,
dos filosofías contrapuestas
intentan nombrar los cometas
bajo las estrellas de los techos,
y dejan que el sonido del silencio
se vuelva de tierra fértil,
y algunos sueños brotan
antes de comenzarse a soñar.

Dos ideas elípticas que enredan
sus piernas por las rutas
que practican los planetas,
y el espacio se curva,
como si fuese de luna árabe,
y en el tiempo enmudecen las reglas
que corren por la velocidad de la luz.

No hay escalas entendibles
para la física privada,
ni universos convexos
que no quieran tatuarse
con los privilegios de la piel,
por eso las cuerdas se trenzan
con sus teorías del multiverso,
y la materia toma la patria
sincera de los poros
que preceden a las caderas,
y dos incógnitas se desnudan,
poco a poco,
de las ecuaciones pendientes,
mientras en las estaciones
de tren se detiene el otoño,
y las vocaciones
se mezclan con las sábanas,
para comenzar a ser de nuevo otra vez.


"De galaxias bajo techo"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.