martes, 30 de septiembre de 2008

El capitán Bambino

El capitán "Bambino" es un suceso que decapita las razones por las que se crearon los ejércitos que matan. Su traje de gala está lleno de rotos a tiempo, su gorro se hizo con los hilos de las nubes andinas, y con los colores en los que se amanece por los sueños del altiplano, cuando las estrellas inventan los juegos de las "Mil en Raya". No lleva capa de superhéroe, Bambino no tiene tela voladora a mano, pero se pone de puntillas para ver lo que sucede unos metros más allá de la línea del horizonte. El capitán piensa que el horizonte es como la red de una inmensa cancha de tenis, y anda retando a los del otro lado de la pista a diario, pero nadie le contesta, nadie hace frente a su apuesta, por lo que se autoproclama campeón mundial del tenis descomunal. El capitán Bambino tiene una brújula al revés, la saca de sus bolsillos, la mira, y sonríe cuando ve que son las sur, menos norte en punto, que como todos sabemos desde que perdimos el uso de razón, es la hora espacial en la que debemos invocar al dios del té, llenando una lata con piedrecitas del camino que queda por caminar. También lleva una cantimplora llena de aire, repleta de aire hasta el borde, y usa tres mil setecientas cuarenta y tres provocaciones por minuto, todas de tonos desfachatadamente incalificables, y de colores chillones. Bambino cree que ser capitán es un riesgo que no debió nunca correr, pero por algún motivo, por alguna causa que se escapa al conocimiento de lo meramente terrenal, Bambino decidió aceptar de buen gusto el verse forzado a ser capitán. Bambino es especial, como todo superhéroe, y entre sus cualidades está la de tener una capacidad infinita de sufrimiento, siempre estará dispuesto a sacrificar lo que sea necesariamente de otros, si es en beneficio del interés propio, e interestelar.

© el país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.