jueves, 30 de junio de 2011

Mecánica cuántica

La quietud se envuelve en ella misma,
y vuelve a ser esa fiel
aliada del silencio de carácter privado,
el acento de la tarde es leve,
tanto, que predice el olor
de la tierra mojada a la altura del cielo.

Entre la inquietud de los dedos
se estremecen los prólogos
de las historias sin germinar,
sus lugares de existencia
crecen en los diminutos surcos
de los laberintos dactilares,
los que otorgan una exclusividad
no siempre bien entendida,
y nacen las sombras ,
bailando sobre las paredes,
paridas desde el fuego
que lucha contra la sentencia
pálida del invierno pendenciero.

Entonces la probabilidad
de una idea única se quiebra
a fuerza de pensarse una y otra vez,
mientras la taza de café se burla
y se enfría, ante la visión estéril
de un papel en blanco, un papel mudo,
posiblemente sin ganas ya de ser papel.

En este desierto podrían caber
estas cuatro paredes de universos,
y los mares de mil novelas
de piratas con parches negros,
pero tú, tal vez inconfesable,
te derramas por cada uno de los bordes
de cualquier cuento que intento,
y practicas la superposición cuántica,
que te deja en todos mis sitios, a la vez.


“Mecánica cuántica”
® Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

domingo, 12 de junio de 2011

Regeneración

Guardé los restos más pequeños de los minutos
que no aprendieron a quedarse quietos,
y envolví, con su fragilidad, tus colores de poniente...

… y te pensé, en presencia de tu ausencia,
con las mismas palabras que crecieron
en las horas disidentes de los relojes,
esas hermosas discrepancias temporales
que no tenían el sentido de las agujas del reloj,
y que podían desdoblarse, o volverse pequeñas,
palabras que eran incapaces de guardar silencio
frente a la palidez de un papel a la espera…

…y te recité, rodeado de vacíos implacables,
y volvieron a brotar las rayas de arena
que le daban forma a tus huellas,
y regresaron los designios del calor
hasta las ramificaciones del frío, en mis venas,
y pude imaginar los caminos, de cal y de cielo,
que llevaban al país prometido de tus caderas…

… y volví a desechar los dictados
de la semántica de fonética contraria,
por qué la lejanía, cuando suenas tan cerca,
o para qué mi tacto, si no llega hasta tus pechos,
cuál es la causa de esta incoherencia de frontera,
cuál es el motivo de esta indecencia,
empeñada en proclamar su verbo contra
la honestidad primigenia de la piel,
como si fuese una jerga de condenas sin clemencia,
y tú, adictiva ciencia de paciencia infusa,
sigues dejándome tu silueta felina
sobre los tejados durmientes que paseo sin fin.


“Regeneración”
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.