jueves, 18 de agosto de 2011

Adicciones discretas

Habitaban en el eco de los días,
habían dejado el presente
pendiente para algún mañana,
y ahora eran la consecuencia
de una causa perdida,
con la cruz por las dos caras.

Así subsistían por los horarios,
como un par de ignorancias
que se asomaban por las rendijas
que dejan abiertas las fechas,
grietas por las que se miraban
sin llegar a dejarse ver,
pero se veían sin dejar de mirarse,
y jugaban a jugarse para no doler,
y jamás se besaron, para no saberse.

Así fue como se censuraron,
tapiando puertas y ventanas,
sellando los poros de la piel
que batallan contra las lejanías,
y presentaron sus quejas al alba,
y sus silencios no tuvieron más remedio
que convertirse en las formas de la voz.


"Adiciones discretas”
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Zzz...

El indeciso vuelo de una mosca
capta mi atención, mientras fuera,
en la calle, Madrid se aplasta de calor.

Me pregunto por cuál será la causa
de tanto arrepentimiento en su vuelo,
sus trayectorias son un perpetuo; “casi”,
aunque es posible que ella,
desde sus idas y venidas, se pregunte
por el motivo de mi extrema inactividad.

El aire se ha quedado quieto, seco,
parece como si hubiese muerto,
y en él la mosca, desaparecida,
tal vez desairada ante la defunción
del “hache dos o”, ha dejado
de cruzar los cables de mi pensamiento.

Ya la veo, está sobre la mesa de cristal,
creo que la indecisión se perdió
ante unos granos de azúcar
caídos desde las horas del café,
granos de azúcar, dulces balizas guía,
sobre el vidrio de un pista de aterrizaje
espontánea y hogareña, a escala: uno por yo.

Mi pie mueve la mesa, la mosca
vuelve a los caminos de aire,
regalándome el veneno
en su mirada, y de reojo.

Retoma las zetas invisibles que deja tras de sí,
no sin antes acercarse a mi rostro
con vuelos amenazantes y rasantes,
y se camufla entre las sombras de la estancia.

Fuera, en la calle, Madrizzz se aplasta de calor…


“Zzz…”
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.