viernes, 27 de agosto de 2010

Cuando toquen a muerte

Cuando toquen a muerte,
recogeré una caracola
para no olvidar las palabras del mar,
y se besarán la sal, y la espuma,
sobre la ola que aprendió
a decirnos adiós,
y también tendré la astilla
de un lápiz de madera
clavada en mis dedos,
por todas las palabras
que no pude llegar a contar,
y miraré la mirada de un niño,
y escucharé el silencio de la vida,
porque, cuando toquen a muerte,
no quedarán paisajes,
ni los rizos de tu pelo de niña,
solamente habrá cosmos,
universo en su grado inverso,
y un libro de segunda mano
en medio de una mesa en soledad.
 
"Cuando toquen a muerte"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo

martes, 17 de agosto de 2010

Reflejos sin rubor

Ahora que el tiempo se llenó
de moho, y de humedad,
ahora que las horas
tienen desconchones con la forma
exacta de tu nombre,
me pregunto si alguna
vez fui origen,
o simplemente mil palabras más.

No tiene la culpa aquella
ciudad olvidada
que ahora se renombra
con mis palabras,
y que otros se prueban
fuera de su propia talla,
ella no supo que se volvería
una prostituta sin cuarto propio,
y con ventanas tapiadas
hacia donde siempre
nacieron las olas del mar.

Creo que el rubor tomó
la puerta de salida,
creo que no quedan
lugares para la distancia,
creo que nunca viste
más allá de la comodidad
de la ceguera buscada,
y es por eso
que la pena me visita,
y me trae noticias
de lo que, una vez,
pudo llegar a ser rabia.

Deja que las caracolas
sean eso, caracolas,
deja que el eco
no se manche con otra voz,
inventa tu propio mundo
fuera del que fue mío,
y que tus cadáveres vivan
su muerte premeditada,
porque tienes al difunto
en tus dedos,
como si fuese el alimento
que le da la vida a tu ser.


"Reflejos sin rubor"
© Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

lunes, 9 de agosto de 2010

A la sombra de Irati

Me pregunto por la hoja
cuando llega hasta
el borde donde vive tu piel,
quisiera ver su sentimiento,
conocer ese momento
de haz, y de envés,
en el que tus dedos
la siguen por las fibras
que tejen sus formas.

Así la escuchas
con el tacto, yo lo sé,
así te habla cuando
lees en su silencio,
por eso me miras,
para ver si entiendo
que soy tu cómplice,
en esa función vegetal
que no tiene la necesidad
sonora de las palabras,
y entonces te aprendo,
porque no te supe saber,
y me comprendo siendo
una parte en los días
que frecuentan tus fechas.

Sé que eres el árbol
nacido de la verdad
que encierra la tierra,
sé que estás presente
en las sierras de la nieve,
y en las de la leña,
y te vuelves ilusión
para el norte
cuando sonríes
con la boca de la infancia,
y juegas a las alturas
en una laguna negra
que reina encima del mar.

Así es que eres la paz
para este improperio
que gasta mi nombre,
y la guerra divertida
que lucha contra
la insistencia de la soledad,
por eso te llevo
en un abrazo sin salidas
de emergencia,
porque todas mis urgencias
se encuentran en los sitio de ti.


Fragmento del poemario:"A la sombra de Irati (palabras para las hojas de un árbol)"
- versos: del 8998 al 9045 -
© Cambalache. chus alonso díaz-toledo. 2008.