miércoles, 31 de diciembre de 2008

Atardeciendo las tardes

Si en la luz de la tarde
se encuentra una disculpa
para alentar al desaliento,
o si el tiempo se araña
con pensamientos afilados,
y se golpea el aire latido
en las afueras del pecho,
busca por los cuentos
que te escribí sobre la piel,
deja que sea un poco
más tarde que la tarde,
y haz la noche en mi cama,
y las mañanas de feria,
sobre un colchón de lunas
tendidas a la sombra del sol.

Quiero nacionalizarme
en la patria
de debajo de tus ropas,
ser ciudadano de tus formas,
arrancarte los suspiros
en tus siestas de verano,
y despertarte poro por poro,
aliento con aliento,
cuando se acurruque
el invierno por los rincones
de una habitación,
porque acariciar tus bordes
será la tarea festiva de mi boca,
y que el paladar de tu boca
busque el nombre de mi sabor,
y que esté en nuestras manos,
desde el principio del comienzo,
el tacto revuelto de los dos.

"Atardeciendo las tardes"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Cachibaches

Recojo todos los minutos
desnudos que me regala
la tranquilidad del silencio,
y los pongo al abrigo
del frío intolerable
que renombra a enero
por los callejones
donde no suele salir el sol.

Amontono esas fracciones
de tiempo sobre la música
que no llegué a escribirte,
reposan al lado del final
de los cuentos inconclusos,
esos que comenzamos
a contar con un inquietante:
colorín colorado...

Ya conoces la facilidad
que tengo para invadir
los alrededores
con trastos inútiles,
cachibaches desprovistos
de cualquier cercanía
a un proyecto cabal,
por eso tengo trombones
abollados que suenan
a bronce, y a latón,
y que si alguna vez deliran,
y dejan escapar una nota,
siempre es la de un suspenso,
sostenido en clave de dos.


"Cachibaches"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

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martes, 23 de diciembre de 2008

Azul

Dejé al paso del tiempo
aquellas cosas
por las que no fue
preciso correr,
y ahora,
apenas a unos metros
del mismo lugar,
te encuentro a ti,
quieta,
observando
a la estrella polar
tartamudear en el cielo.

"Azul"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Son, fueron, y son

Son dos historias para olvidar,
pero les sucede que,
de vez en cuando,
no pueden negarse
a los recuerdos imprevistos,
y se quedan quietos
durante unos segundos,
y disimulan a los demás,
cuando notan que están
donde no tendrían que estar.

Fueron dos dudas seguras
que se hablaron con la piel,
dos certezas, algo confusas,
que se encontraban
en la tierra de las palabras,
junto a un pensamiento gemelo
que no acertaba a explicarse,
por eso ahora se debaten
entre una vida y dos muertes,
y se evitan a diario
por problemas de ansiedad.

Son dos respuestas
a las preguntas que suelen
habitar por los rincones,
dos soluciones posibles
que no se llegaron a plantear,
y conocen las añoranzas
que salen de cualquier esquina,
y los trenes que parten
desde una estación del otoño,
con llegada al andén dos,
de la estación del juicio final.

"Son, fueron, y son"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Niño con cazamariposas

Tiene un cazamariposas en una de sus manos, se llama como tantos otros niños que tienen cazamariposas, o tirachinas, o balones, o libros, y también como los niños que no tienen nada, porque, basicamente, su nombre es niño. Es moreno y rubio, alto y chaparro, gordo y delgado, es del norte y del sur, del este y el oeste, y tiene la afición de atrapar estrellas fugaces con su cazamariposas. El niño las caza al vuelo antes de que caigan al suelo, así evita que se rompan en mis pedazos de estrella, y que terminen decorando el huesudo dedo de una dama de la alta suciedad social. Hay noches que coge miles, otras noches consigue millones, pero también hay noches sin estrellas fugaces, por eso, cuando no encuentra ninguna, el niño piensa que en el cielo debe de ser domingo, y vuelve a casa con ganas de no madrugar.

"Niño con cazamariposas"
© Pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Empezando el sur

Creo que ya te dije
que tus manos eran un motivo
para los dedos de mis manos,
y que en tus pasos estaban
todas las razones de mis caminos
hacia tu verbo del sur,
porque es tu voz la que quiero
para mis cuentos diarios,
y que en tus mañanas
se me despierten los sueños
con los que, desde hace años,
cada noche te sueño,
y que el nuevo día sea
la confirmación de muchos más.

Tenerte sin prisas debe de ser
los más bonito del mundo,
porque siempre fuiste tan real,
hecha con la verdad de tus huesos,
con la sinceridad de tu piel,
con los centímetros que hacen
que seas infinita dentro de mí,
porque no hay accesorios inútiles
que te nublen las formas,
todo en ti es tan necesario
para que no dejes de ser tú,
para que sigas siendo tú,
para que estés cuando estás,
para seguir viviéndote en mí...

Quiero tu anillo descomunal
en la mesa de las noches,
junto a las canicas azules
con almas de remolinos naranjas,
quiero tus letras sobre la mesa,
mientras las mías las observan
para invitarlas a bailar,
quiero que no me quieras querer
si no te quiero,
y que me necesites tanto
como sé que yo te necesito a ti.


"Empezando el sur"
© Pokit in a pocket & El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.
Para leer más:
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martes, 16 de diciembre de 2008

Tu desnudez

Esperarte es inútil,
tanto como perseguirte,
y sin embargo,
sigo intentando leerte
como si fueras real,
como si en el final
de todos mis intentos
estuvieras tú,
vestida solamente
con tu desnudez.

"Tu desnudez"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Ahora que...

Ahora que te he escrito
por los meses de abril,
mientras el viento se cerraba
tras las puertas del otoño.

Ahora que no te encuentro
entre las piezas exactas
de mi puzzle de ti,
aunque el último vacío
esté lleno de tus formas.

Ahora que no hay sitio
libre para ningún lugar
pensado en clave de par,
me imagino la jornada
de tus manos muy cerca,
y se pintan los días festivos
en un almanaque,
con cuadros naranjas,
que vuelan gracias a las alas
de un elegante bombín,
mientras dos cuentos
se cuentan bajo una manta,
y en el mar se escuchan
simplemente los sonidos de la mar.

"Ahora que..."
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Fuera de aquí

La filosofía del desorden
sobre la mesa,
la ropa vistiendo
los espacios vitales,
los montones de libros
amontonados,
y las sábanas
que escondían las fiestas.

Todo ha desaparecido
de su sitio,
desde que tu sitio
desapareció de aquí,
me queman los lugares
donde no estás,
y me tiemblan los pasos
que me llevan
donde pueda encontrarte.

A ti te prometí no escribirte
por las paredes,
a mí me juré no subir
por los tejados de tus noches,
inevitables promesas,
juramentos obligados
en mis derrotados dedos.

Porque sigues viviendo
con formas de letras,
y te me caes de las manos
como si fueran
cachitos de vida,
y se me llevan
con cada minuto que pasa,
sin que nos pase
nada más que nada,
y me disuelvo
en este silencio sin novedad,
que es tan aficionado a pensarte.

"Fuera de aquí"
© El país de los tejados. Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

No creerán muertos

Creerán que nos fuimos
como si fuésemos
palabras sin firma,
o discursos sin propia voz,
por eso nos pensarán
como dos tumbas
a cielo abierto,
y dejarán que la lluvia
llene de charcos las huellas
de nuestras propias huellas,
y harán flores de barro
para algún triste jarrón.

Se derramarán las copas
del otoño sobre la tierra,
se escribirán miles de hojas
sin nuestros nombres,
y cientos de días se llenarán
con el vacío de la ausencia,
y creerán que nos fuimos
como palabras sin letras,
como caminos sin rumbo,
o como el agua
que se filtra por la grieta.

Y nosotros,
hechos a golpe de tiempo,
nacidos de la resurrección
que se parió en el invierno,
seremos un motivo válido
para la primavera,
una causa enredada
en la cama por las piernas,
y una vuelta más, infinita,
en la esfera de madera
de un viejo reloj de pared.

"Nos creerán muertos"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Perro apaleado

Llevaba el olor que dejan las partidas perdidas pegado a sus ropas, filtrándose por los poros de la piel, hasta emborrachar un alma ennegrecida por una derrota que no dejaba de ganarle. Posponía para pasado mañana siempre su hoy, mientras entre las uñas de las manos se le quedaban pegados los trozos del ayer, ese al que se recurre cuando hay tormenta. Sus pensamientos dejaron de ser puros hacía ya muchos años, no quiso seguir la teoría general que dice; "dos más dos, son cuatro", y se reivindicó en las matemáticas de números moldeables a la altura de la cintura.
Pagó a más de un sicario para que le matase, pero siempre se encontraba con el mismo problema; su poco tino le llevaba a contratar a asesinos católicos, y practicantes, con lo que desechaban la idea cuando observaban en el hecho un posible suicidio encubierto, o el suceso caía en domingo, o fiestas de guardar. Intentó olvidarse de las pesadillas que le traía el día, esas a las que ahogaba en viejos vasos de segunda boca, cuando la madrugada se destilaba con los sabores a güisqui de relleno. Militó en las ideas contrarias, en la disconformidad más absoluta, y supo que no debía callarse a tiempo, cuando en el tiempo se le comenzaron a gastar las palabras que tenían eco. Tuvo una ilusión que le duró un día, y con ella, exiliado, vivió hasta donde la memoria le alcanzó para poder olvidar su patria.
Su imagen dura no era otra cosa que el resultado de una infancia tierna, a destiempo. Sus pasos torpes, sobre la exacta habilidad de la realidad, no le llevaron más allá de los barrios en los que se mezclan los olores de las comidas, con los sinsabores cotidianos a los que sabe el extrarradio que pasea hasta la cola del paro.
Se dio cuenta de la cuenta que le daba la vida, llena de números rojos escritos con su sangre, y de balances torcidos hacia el debe de haber, pero no ha habido. Miró a las estrellas, se despidió de ellas diciéndolas: "ahora mismo nos vemos". Recordó a sus seres queridos, y los lugares que le habían dado cobijo a lo largo de la vida. Por último, inventó de nuevo el recuerdo de ella, escuchó su voz, el sabor de su voz, el tacto de aquella piel prohibida que le rescató para perderse después. Una vez terminado el ritual de recuerdos, cerró los ojos, y dejando caer la cabeza levemente hacia atrás, se disparó un tiro en la sien, que como siempre, sólo impacto en la intención.
Ahora vive a causa de un ataque de muerte.

"Perro apaleado"
© pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo.

viernes, 5 de diciembre de 2008

No me duele

No echo de menos
tus manos,
tampoco añoro el olor
que dejaba tu sueño
cuando dormía
sobre mi almohada.

No tengo problema
en volver
a las fotografías
que nos hicimos
mirando al sur,
cuando aún éramos
dos intentos creíbles
en busca del mejor
resultado posible.

Puedo hablarle de ti
a cada persona
del mundo,
y no enmudecer
por la congoja,
o reír recordando
tu destreza
de chicles y papeleras,
y que no me llore
el alma para tirarla
dentro de ellas.

He aprendido a mirarte
sin que estés para verlo,
y no me duelen
las cuencas de los ojos,
he visto cómo se vaciaban
los números de un reloj,
y se hacía tarde
para ser parte de tu cama,
pero pude seguir
pasando por el tiempo,
conjugando insomnios.

He digerido la ausencia
de tus días cerca,
y me quedé quieto,
sin perseguir
el camino que tomaron
tus últimos pasos,
cuando en ellos llevabas
la ruta de mis huellas.

No tengo nostalgias
del universo de tus cosas,
puedo seguir escuchando
las canciones sin tu voz
en los coros de fondo,
y no perder el destino
en la indecisión de mi viaje.

No me ahoga la melancolía
cuando veo que tu champú
aún se empapa en mi ducha,
y puedo sonreír
sin tu cepillo de dientes
bajo el espejo de todos los días.

No me duele el dolor
con el que llenaste
el resto de los otoños,
ni el libro que dejaron
las manos
para decirme adiós,
pero no puedo evitar
quererte en la muerte
que me vive,
y odiar esta vida
que no necesita
que le calienten los pies.

"No me duele"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Locuacidad de ti

Creo que sería
capaz de contarte
en todos los versos
del mundo,
y con uno,
solamente,
también.


"Locuacidad de ti"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Permaneciendo

He aprendido a aprovecharte
con cada minuto nuevo a tu lado,
sé que son segundos de excepción
en las esferas cuadradas de tu reloj,
por eso ahora los guardo todos,
espero que así lleguen a ser muchos,
por si alguna vez quieres formar parte
del tiempo que se tiene para siempre.

No tengo alta la voz para pedir más,
aunque tenga en las manos una lista
infinita que termina siempre contigo,
porque hoy me vale con curarte
el frío cotidiano que pone el invierno
en las palmas de tus manos,
sobre todo si son ellas
las que encuentran el calor
que guardé diez veces, para ti,
en la memoria de las mías.

Ahora no pretendo ser más
que un momento en tu cabeza,
fabricar ese instante, por sorpresa,
en el que viajes fuera
de la actualidad de tus paredes,
y que se te sonrojen
los labios de los recuerdos,
cuando les pidan permiso
para poder comenzar a besarlos.

Yo, con todo esto,
ahora sé que tengo bastante,
no te esconderé nada
donde no lo puedas encontrar,
he aprendido a no derrocharte,
y sé que debo saber guardarte,
para cuidar lo que ya eres para mí:
mi mucho más que más.


"Permaneciendo"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

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martes, 25 de noviembre de 2008

La mirada de Panero

Te encuentro
con la mirada perdida
en un rizo del aire,
el cigarro en la mano
alimenta el viento
con arabescos blancos,
y danzas de realidad,
que tú, y sólo tú,
me ayudas a comprender
que son intenciones
donde piensa la verdad.

Escribes palabras
encerradas tras la verja,
las encadenas,
una tras otra,
fabricando pesadillas
en los sueños de un papel,
y te exilias de la vida cuerda,
para llegar a la horca
donde se cuelgan las certezas
que no molestan a los demás.

No sé bien si te duele la voz
cuando piensas
en lo absurdo del dolor a gritos,
o si te sangra el silencio
de todos nosotros,
porque si tú callas
nada es exacto,
excepto el escozor
que queda en las heridas
abiertas sin más.

No sé si seré capaz
de mirarte
a los ojos de nuevo,
pero ya sé de dónde
se prenden los puentes
que me llevan a tu tierra,
y en ellos, poco a poco,
vuelvo a caminar los pasos
de un adiós sin vueltas,
caminar que me devuelve
a la huella de una ciudad
que se seca de tanto sentir.


“La mirada de Panero"
(letras desde el otro lado de la verja)
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo

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domingo, 23 de noviembre de 2008

Punto y coma

Es un malabarismo
lo de estas letras,
son una locura
contra la tortura
que me atrapa
bajo las sábanas,
son dos quiebros
que derrapan hacia ti,
y un jarrón árabe,
de té naranja,
hecho con la yerba
del desierto,
y las gotas de rocío
que lavan la cara
de la madrugada.

Estoy rodeado
de telas blancas
por debajo de las rodillas,
me acompañan entre
luces de colores,
parece que danzan
con los pitidos de los latidos
recién reestrenados,
van de arriba a abajo,
silenciosas,
son de telas blancas,
pero también son diosas,
que me miran para ver
si las dejo de mirar.

Ellas saben que has estado
cerca, muy cerca,
de donde descalcé mis botas
para emprender
esta aventura sin aviso,
fueron las estrellas
de tu costado
las que me orientaron
hacia la orilla,
y no hizo falta el pasado,
ni quiso pecar
de futuro el presente,
porque hoy fue
mañana todo el día,
y por la noche,
estabas ahí otra vez
jugando con la rasta
de tu pelo,
y susurrándome al oído
palabras en curva,
que me cuidaron
para poder despertar,
después de dormirme
en un sueño de sangre
impuesto por la fuerza.

"Punto y coma"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Niña lunar

Niña escrita
con los acentos del sur,
rastafari que discurre
por los cuentos caminantes
de un reino lunar,
al este del oeste,
eres el horizonte,
y la coincidencia,
que habita en la cara
oculta del mar.

Con aires de flamenco,
y de cueva,
me vienes a la cabeza
de contrabando,
y me dices las palabras
robadas a un tango,
que quiso aprender
a bailar agarrado,
con los sombreros negros
que suenan a jazz.

"Niña lunar"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Por si...

He dejado las llaves
de mis manos,
sobre tus propias manos,
y he abierto cada ventana
que se cerró a cal, y llanto,
por si el viento decidiese
ser amable con los recuerdos,
y tus pies quisieran dirigirse,
con sus pasos fríos,
hacia la ofrenda humilde
de mis pies bajo el edredón.

Pondré papeles
transparentes
para llenarlos de letras,
serán miles de frases
arremolinadas,
palabras diarias dichas
sin extravagancias,
hechas con cada minuto,
y tendrás la claridad
que se viste
con la verdad en los ojos,
por si quieres desnudarme
de las ropas externas,
y aprender a saberme
sin trampa ni cartón.

Ahora me entretengo
con las hojas secas
que me juega el otoño,
las tomo entre mis dedos,
y las huelo con cuidado,
no quiero borrarme
para siempre de su olor,
porque en su aroma
imagino que está tu nombre,
y tu nombre es la utopía
en la que aspira a vivir mi yo.

"Por si..."
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

estilo-gráfica

La punta de la vieja pluma
que vive desde hace años
junto a los libros del salón,
parece el pico de un pájaro,
tiene el dorado encorvado,
y el tránsito del tiempo
ha dejado una mano
de plata leve en su rostro,
acallando el amarillo
que reinó joven,
durante el pasado metálico
del reluciente rey metal.

Ahí está, silenciosa,
callada, aunque sabe
que podría contarme
una infinidad de momentos
y de pensamientos:
desde pedazos rotos
de calendarios que sucedieron,
hasta teorías abstractas,
que creyeron ser la solución
a la cercanía alejada
del pensamiento lineal.

Ha decidido no hablar,
es imposible que diga nada,
la exprimo para que su jugo
llene el vaso de una frase,
o el trago de una palabra,
o la gota de una letra,
pero tiene la tinta invisible,
y el capuchón cerrado,
y se limita a esperarme,
husmeando en las migajas
que dejan las miserias
sobre el tablero de la mesa.

No tiene otra intención
que la del silencio,
así me lo hace saber
cuando la tomo en mi mano,
y pico el papel con su punta,
ella se queda quieta,
anclada a la celulosa blanca,
sin moverse en la mudez
plana de la palidez vegetal.

Llevo unos días mirando
la punta de la vieja pluma,
y ella no deja de mirarme,
como si fuésemos dos esperas
que están a punto de terminar.

"Estilo-gráfica"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

Pokit in a pocket:
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lunes, 10 de noviembre de 2008

Caminos ateos del cielo

En el cielo,
el color gris
es una declaración seca
que parece dipuesta
a la perpetuidad.

En la luz
se igualan los matices,
todos,
hasta hacerla casi enmudecer.


Y el aire es frío, y pincha,
y duele como si llevase
diminutos cristales
que se clavan en mi rostro,
fragmentos que son
invisibles hasta llegar a él.

Supeditar la verdad
de cada uno,
a la comprensión
de los otros,
es igual que tenerte
que relatar a voz en grito
desde el silencio,
y en mi silencio
no vive el tuyo,
porque eres
verdad ruidosa,
repleta con todo
lo que quiero,
y vacía de todo
lo que no serás.

Las normas de diciembre
hacen severa la calle,
el calor no existe
en las puertas
que se cierran
desde afuera,
y si existe,
yo no lo concibo,
es imposible asimilarlo,
entenderlo es tan difícil
desde este lado de la vida,
que vuelvo
a querer quererte
llena de sur sembrado,
y de mares cuesta abajo,
y de cal blanca
para que me acompañes
por los caminos atéos del cielo.


"Caminos ateos del cielo"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

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sábado, 8 de noviembre de 2008

Desde la buhardilla de mi ciudad


- La buhardilla -

Sobre la escalera
que lleva
hasta la buhardilla,
ahí mismo,
en cada uno
de sus escalones,
nacen los ángulos rectos
que me dirigen
con su vocación hacia ti.
Puedes ver las muescas
en los peldaños
de madera,
las hago cuando no estás,
son de todos los tiempos,
y de todos los sabores,
cada una representa
todas las veces
que te miré,
y aunque es seguro
que no todas te vieron,
de ley es decir
que estabas presente
en todas esas miradas
con tus formas,
y tus letras,
con tu risa
cómplice de mi sonrisa,
con tus cosas
en mis cosas,
con tu mechón jamaicano
reinándome en la cabeza,
como una promesa hecha
desde el otro lado del mar.
No puedo renegar
de mi gusto,
no quiero hacerlo.
no sabría hacerlo,
prescindir de él
sería prescindir de mí,
y yo, "sintigo",
no puedo estar conmigo,
y mi mejor conmigo
suele darse
cuando estoy en ti.

- mi ciudad -

En la calle,
a unos metros por debajo
de las buhardillas,
dos latas tiradas
en el suelo
hacen guiños naranjas
a la noche plata de la Luna,
y en un viejo coche,
alguien duerme
una derrota más, ganada
por las calles de la ciudad.


"Desde la buhardilla de mi ciudad"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

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miércoles, 5 de noviembre de 2008

A la sombra de Irati (fragmento)

Me pregunto por la hoja,
cuando ésta llega hasta
el borde donde vive tu piel,
quisiera ver su sentimiento,
conocer ese momento
de haz, y de envés,
en el que tus dedos
la siguen por las fibras
que tejen sus formas.

Así la escuchas
con el tacto, yo lo sé,
así te habla cuando
lees en su silencio,
por eso me miras,
para ver si entiendo
que soy tu cómplice,
en esa función vegetal
que no tiene la necesidad
sonora de las palabras,
y entonces te aprendo
porque no te supe saber,
y me comprendo siendo
una parte en los días
que frecuentan tus fechas.

Sé que eres el árbol
nacido de la verdad
que encierra la tierra,
sé que estás presente
en las sierras de la nieve,
y en las de leña,
y te vuelves ilusión
para el norte
cuando sonríes
con la boca de la infancia,
y juegas a las alturas
en una laguna negra
que reina por encima del mar.

Así es que eres la paz
para este improperio
que gasta mi nombre,
y la guerra divertida
que lucha contra
la insistencia de la soledad,
por eso te llevo
en un abrazo sin salidas
de emergencia,
porque todas mis urgencias
se encuentran en los sitio de ti.


Fragmento del poemario
"A la sombra de Irati (palabras para las hojas de un árbol)"
- versos: del 8998 al 9045 -
© Cambalache. chus alonso díaz-toledo. 2008.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Almanaque naranja de Magritte

Una cita a solas conmigo, así son los días introvertidos, los días embudo que bajan hacia adentro, son derechos, y muy muy estrechos. De estos días sólo sé que son uno, uno único, reciclable en continuos ciclos que se denominan por vocación; "viersábadomingos", aunque tengan cara de laborables, pero de laborables sin patio, porque los laborables con patio son los mejores "DíasDeAños", del calendario mundialmente conocido como: "Almanaque con bombines naranjas de Magritte".
Hoy he dicho día, y sol, y flan de chocolate caliente con ralladura de almendras, y también he dicho Eón, y luego me imagino que te diría: "holabonyurgudmornin".

"Almanaque naranja de Magritte"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

jueves, 30 de octubre de 2008

Una peca y un pie

Una peca en un pie,
un punto y seguido
por los caminos de ti,
una peca perfecta,
situada justamente
debajo de donde estás
en cada momento,
y tan encima de mí,
que peco si no te pienso.

Un anillo descomunal,
inmenso, desbordante,
un anillo en tu dedo,
entre los dedos de ti,
un anillo que sabe estar
en el lugar que eres,
que sabe lo que tocas,
lo que escribes,
y yo, analfabeto anillado
a todas tus distancias,
vuelvo a enroscarme sin fin.

Unos trazos de ti,
con la aburrida rectitud
derrocada en tus formas,
unos pasos cuesta arriba,
y calles de lluvia hacia abajo,
unas líneas que marcan
la teoría del pensamiento,
y sin embargo, inconscientes,
como el lienzo que pretende
tenerte para siempre,
sin saber que siempre
eres tú, empezando
por una peca en el pie.

"Una peca y un pie"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

martes, 28 de octubre de 2008

A la sombra de Irati (fragmento)

Has vuelto a hacerte en mí
después de tanto tiempo,
como se deshace la sal
que habita en el agua,
con la suavidad de la noche
que se degrada en el alba
hasta donde los colores
comienzan a ser un día,
así volviste, sin ruidos,
como le llega el rocío
a la sed del amanecer.

Igual que le pasa al viento
cuando vuela sobre la jara,
y se enreda en sus formas,
y queda pegado a ellas,
a la fe del aroma escrito
en las verdes hojas,
así me ocupas de ti,
como tiempo dentro del tiempo,
como calor que prende al calor,
así te dice mi boca
cuando te recobra en su aliento,
así brotas, tan necesaria,
para que tenga sonido mi voz.


Fragmento del poemario:
"A la sombra de Irati (palabras para las hojas de un árbol)"
- versos: del 2932 al 2955 -
© Cambalache. chus alonso díaz-toledo. 2008.


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miércoles, 22 de octubre de 2008

dosificarte

Debería beberte a sorbos breves,
como se hace con el vino de tiempo,
para que no te derrame mi sed
sobre el escritorio de madera,
y te escribas con el acento en el no,
porque te rebosas por encima
de los filos que cortan la vida,
y es imposible dejarte para mañana,
si el mañana no cae exactamente en hoy.

Me dejas colecciones de papeles
entre las manos, infinidad de palabras
que se mezclan como la leche y el té,
como el agua y las sales de la tierra,
y mis manos son palomas mensajeras
que vuelan con historias de oriente,
y en poniente vuelves al lecho
que me despierta a media noche,
y del cielo, se descuelga el cartel
en el que decía que ya no estás.

"Dosificarte"
© Cambalache. chus alonso díaz-toledo. 2008

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lunes, 20 de octubre de 2008

a deshora

Abrieron los ojos
desde la madrugada,
se presintieron
en la tibieza de dos sueños,
y se reconocieron
con el cuidado del tacto leve,
el que toca
como si fuese la primera vez.

Se escucharon
en la respiración ajena,
se envolvieron, cada uno,
con los olores del otro,
y se restaron
de las afueras con el silencio,
para sumarse
bajo las sábanas del alborozo.

Destilaron los colores
en la frontera del día,
para dibujarse con autorretratos
sobre la piel,
se encontraron pasando
por unas horas perdidas,
y extraviaron los mapas
para no volverse a perder.

"A deshora"
© el país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

jueves, 16 de octubre de 2008

Otoño con sol

Me has escrito un poema
filtrándote en su tinta,
eran los versos para un otoño
seco, y agrío, en una estación
sin parada de tren en el andén,
una situación con el suelo
lleno de hojas perdidas,
una sala de espera
sucia de manchas en blanco.

El invierno no era una solución
para el ahogo del aire,
el pulmón estaba áspero,
apretaba con la fuerza de la soga
hecha con el alma del esparto,
y el verano, aunque más a mano,
había sido como una dura puñalada
trapera clavada a contraluz,
una broma de muy mal gusto
del oído sordo del destino.

Yo quería escribir a la desolación
de los cuartos olvidados,
y quería desteñirme con el llanto
de las barras en cualquier bar,
pero me secuestras la tristeza
con tu boca de sabores nuevos,
y duermes tu desnudez en mi cama,
derramándote, sobre la almohada,
como caligrafía árabe de pelo negro.

"Otoño con sol"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

martes, 14 de octubre de 2008

Quemando la calle

Espérame en la madrugada, a pie de calle,
cuando comencemos a ser una verdad
que se traslada al otro lado del espejo,
deja que el aburrimiento se desgaste
en la mediocridad del roce que no tiene piel,
y que se caigan los decoros, poro a poro,
junto a la ropa que amordaza a la noche.


Eran dos habitantes dentro de un coche, dos proyectos sin planos que se practicaban por los bares de la ciudad. Ella tenía el discurso del sur retratado en el rostro, pero era el norte el que se le pintaba en los labios, cuando la voz reinaba en su boca, un norte que, para él, estaba mucho más allá del norte de las palabras que se acentúan en los brazos de los abrazos. Él era una propuesta callada, un plan incierto que se debatía en la calma que precede a la velocidad, del redoble del tambor, de una ruleta rusa. No estaban predispuestos de antemano el uno al otro, ni el otro al uno, no se habían empeñado antes de tiempo, se desprendían poco a poco de las capas que tapaban las franquezas vulnerables, y se contaban, casi sin mirarse, los despistes de dos corazones que se vieron desterraros a la tierra de nadie. Bebieron para no emborracharse, cuando decidieron ser parte de la guerra que se invoca desde la revolución, y caminaron hasta un cuarto escondido del mundo, para hacerse de tacto, y prestarse, lengua a lengua, el calor urgente de la respiración.

"Quemando la calle"
© el país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

domingo, 12 de octubre de 2008

Átomos y dispersión

... esto sólo me pasa
cuando me tomo
una cocacola, me afeito,
y me fumo un porro.
-René Macroix de Pokituá-
Siento cómo la física disiente acerca de todo lo que se le dijo que debía hacer, sus principios comienzan a llegar al final de su existencia, y una paradoja atómica se lleva a cabo en mí: a medida de ser más, iré siendo cada vez menos, hasta que sea nada, como consecuencia superlativa del más y más y más y más...
Mis átomos, los átomos que me forman, han perdido la solidaria propiedad de mantenerse unidos, y lentamente comienzan a dispersarse en todas las direcciones, aumentando la separación entre ellos, para hacerme más grande, en un viaje directo hacia lo más que pequeño. Desconozco la medida oficial intermolecular que dicta el cuándo se deja de ser, no sé cuánto aire debe de haber entre las caprichosas partículas que me hacen, para que dejen de llamarse como yo, y pasen a llamarse macrocosmos, o microcosmos, o rueda de un camión de la basura en el estado de Wisconsin, pero la sensación es la del comienzo del todo, que termina llevando, y llegando, hasta la nada. Creo que la lejanía entre mi yo más próximo, y mi mí, comienza a ser cada vez mayor, el concepto de la medida toma un protagonismo que nunca tuvo antes, adquiere una presencia interior que no duele, pero que me incomoda, tal vez por extraña, o por desconocida, o también por resultarme letalmente libertaria. Afuera, en la calle, suenan los últimos ruidos del día, parece como si se hubieran puesto de acuerdo el tiempo, y el espacio, para decorar el teatro del absurdo en el que actúo en este, casi, metafísico momento, trayéndome la calma crepuscular azul necesaria para llegar al desmembramiento total de la identidad.
He comenzado a recordar antes de verme obligado a tener que olvidar. En este proceso patológico de dispersión morfológica que me sentencia, y me agujerea, la sintomatología, totalmente variable, se proclama en el derramiento de mi memoria por los espacios que quedan libres en las juntas, entre las neuronas, y las franquezas, y me moja el sabor de un beso pedido a la noche, cuando la luna estaba más allá de un uno de enero, y en el cielo había persianas que no se podían permitir el lujo de dejarse bajar.

"átomos y dispersión"
© el país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

domingo, 5 de octubre de 2008

De bordillos y papeleras

Se sienta, casi acurrucado, sobre el bordillo de las aceras de las calles de Madriz, y la observa, a cincuenta centímetros sobre el nivel del suelo, porque la ciudaz es con "zeta" para los que la viven en el borde, para los que la conocen, y se cortan con el alambre que aprieta en la urbe que no sale en las postales turísticas, ni en las cartas de los amores rubios con olor a "eau". Él se llama Esquina, o Papelera, o Banco en el Parque, o Estación de Metro en Enero, o también Sobredosis, pero cuando se llama Reflexión, su Cara se convierte en un Cruce de Caminos, y Ríe con exageración para acallar el Ruido de los que aconsejan respirar la mitad de la Vida, de los que siempre Guardan para después, aunque después sea el tiempo de la Muerte. Ella lo acoge en el apartado que tiene para las historias de las existencias que subsisten al día, en realidad ella, la ciudaz, es el papel en el que se escribe él, y aunque él lo sabe así, prefiere pensar que el silencio es el único fruto que brota de la tierra de sus andanzas, y ella deja que lo crea, mientras disimula con una sordera de juguete, y presta una atención despistada al dictado sin calderilla que suena en los bolsillos desfondados de él. Son una cuestión de ambos, cuando están juntos, o un plan a medias con colores que descienden por las escalas, desde el Olimpo de los Grises, decorando el modernismo decadente que se esconde en las veredas del cemento. Pero cuando él se pierde, ella deja que lo haga, ignorándole hasta que se vuelven vías mudas todas las venas de asfalto y cristal, desaparecen, se borran dando lugar a una dimensión de estruendosas revelaciones sin rúbrica, un lugar de apocalíticos mensajes, que esquivan los buenos modos con los cubiertos de plata, porque no tienen mesa de bordados en la que modelarse antes de devorarse el hambre de la soledad. Y así se pasan los días días anónimos, da lo mismo que sean lunes, o viernes, es insignificante que se llamen martes, o jueves, o sábado, o domingo. La fecha juliana que reina en el almanaque no tiene relevancia en las repúblicas apátridas de la desolación, porque la hora oficial se limita a la cuerda que ata a un reloj con la hora del lugar donde esté latiendo su pecho, y ese sitio podría bien llamarse nada, la mayor parte de las veces, o también "jel", si pensamos con un bombín en inglés en la cabeza. Él se viste con los restos de una guerra, y ella se desnuda en la noche bajo la luna del último bar abierto de la ansiedad. Él se llama Nadie, y ella responde por el nombre de Ciudaz.

"de bordillos y papeleras"
© el país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

jueves, 2 de octubre de 2008

Niña de Agua

La Niña de Agua se acerca
a la luz de la candela,
los brillos y las sombras
juegan sobre sus pechos,
mientras en el aire huele
a sal con rama nueva, de canela,
y en sus pies se convierten
los pasos en sendas del mar.
Niña, dame esa irreverencia
que me lleve hasta tu desnudez,
dame los sabores que te tienen
en cada centímetro que haces,
y deja que sea la madrugada
una sucesión de manos, y hechos,
para convertirnos en dos universos
que convergen en el instante del Uno.
La Niña de Agua conoce
bien el ritmo de los tambores
que dicen la vida palpitando las manos,
y sabe contar la canción de mi sangre,
porque en sus venas corren los días
de mi tiempo absuelto, vestido de feria,
y tres lugares para exiliarme
cuando sea el momento del turno,
que tiene la ronca voz, de la soledad.

"Niña de Agua"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

martes, 30 de septiembre de 2008

El capitán Bambino

El capitán "Bambino" es un suceso que decapita las razones por las que se crearon los ejércitos que matan. Su traje de gala está lleno de rotos a tiempo, su gorro se hizo con los hilos de las nubes andinas, y con los colores en los que se amanece por los sueños del altiplano, cuando las estrellas inventan los juegos de las "Mil en Raya". No lleva capa de superhéroe, Bambino no tiene tela voladora a mano, pero se pone de puntillas para ver lo que sucede unos metros más allá de la línea del horizonte. El capitán piensa que el horizonte es como la red de una inmensa cancha de tenis, y anda retando a los del otro lado de la pista a diario, pero nadie le contesta, nadie hace frente a su apuesta, por lo que se autoproclama campeón mundial del tenis descomunal. El capitán Bambino tiene una brújula al revés, la saca de sus bolsillos, la mira, y sonríe cuando ve que son las sur, menos norte en punto, que como todos sabemos desde que perdimos el uso de razón, es la hora espacial en la que debemos invocar al dios del té, llenando una lata con piedrecitas del camino que queda por caminar. También lleva una cantimplora llena de aire, repleta de aire hasta el borde, y usa tres mil setecientas cuarenta y tres provocaciones por minuto, todas de tonos desfachatadamente incalificables, y de colores chillones. Bambino cree que ser capitán es un riesgo que no debió nunca correr, pero por algún motivo, por alguna causa que se escapa al conocimiento de lo meramente terrenal, Bambino decidió aceptar de buen gusto el verse forzado a ser capitán. Bambino es especial, como todo superhéroe, y entre sus cualidades está la de tener una capacidad infinita de sufrimiento, siempre estará dispuesto a sacrificar lo que sea necesariamente de otros, si es en beneficio del interés propio, e interestelar.

© el país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.