domingo, 29 de enero de 2012

Lugar


Por ejemplo, en la luz ámbar
del cuarto que atardece
con los mismos pasos del día,
o en el primer árbol que regala
su sombra a las piedras de la vereda,
y también en las manos,
esas que se amasan en las horas
tempranas del pan diario,
y en el temblor luminoso,
de calor y de fuego,
que baila contra la severidad
que tienen las calles de enero,
y en las citas que esperan
en la última de las esquinas,
y en la eternidad del sur,
cuando Cádiz se viste
con el alma insomne de carnaval.

Son tantos los lugares
en un mismo lugar,
tantos los tiempos dentro
del mismo tiempo del tiempo,
como las distancias que la razón
levanta en los sentidos milimétricos,
y mientras toda la metafísica
se vuelve endecasílaba,
sin grandes alborotos y sin brillos,
un abrazo perdido reniega
de las líneas rectas,
mientras una gota de luna
flota sobre el baile nocturno
que tiene el agua,
en la noche ondulada de cualquier mar.


"Lugar"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

jueves, 12 de enero de 2012

Cristales de ciudad


Me preguntas por la tristeza
de la ciudad en las ventanas,
y pienso en las lágrimas lejanas
a las que no se escucha llorar.

¿Acaso conocen los cristales
la verdad de la pena que los moja?

Ellos cuentan las gotas,
son el lecho que las siente
resbalar por los caminos
mínimos de un mar imposible,
y brillan sobre la urgencia
de las calles donde se pierden
los paraguas de los nombres anónimos.

Así, en cualquier sitio
de cualquier lugar,
el día es una película que calla
cuando las nubes tienen la palabra,
y los vidrios cuadriculados
toman el espíritu de las hojas,
y en las tormentas del libro de otoño
crecen charcos como reflejos de cielo,
son cielos desnudos de cielo,
cielos vestidos con humo de agua
y recuerdos de vientos rizados.

Cristales de orgullo herido
por la indiferencia de las piedras,
multiplicaciones de verdades visuales,
llegadas desde la obligación
que se encierra en la mentira,
luminosamente metropolitanos,
herméticamente cerrados,
como si fuesen templos de la vida
mortalmente herida en horario laboral,
y el silencio se amordaza
con el fruto de la arena fundida,
y los sonidos son espejismos
de otro mundo, al otro lado del ventanal.

"Cristales de ciudad"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.