viernes, 30 de septiembre de 2011

Paisa-je

Te contemplo con el cuidado
discreto de los gatos nocturnos,
el que camina por los tejados
durmientes de la media luna,
la que te viste con luz de calma,
la que se posa en el preludio
de tu sueño recién nacido,
ella te retrata exacta sobre la cama,
de su paleta de plata y silencio
parten los trazos que cuentan tus formas,
y me acerco hasta el calor de ti,
y me roza tu olor de medianoche,
y en él te siento como se siente
la vida que solamente quiere vivir,
la que transita por los momentos
precisos de la piel hospitalaria,
la que esperará al rocío temprano
que llega con la llegada del alba.

El todo ineludiblemente universal,
el que se representa a diario,
es una obra de teatro
que nos resulta totalmente ajena,
ahora la física convencional se diluye,
como si fuese un terrón de azúcar
dentro de una taza de café cósmico,
y las estrellas hacen, con sus brillos,
lunares para los vestidos que bailan
los duendes de los cielos flamencos.

Ahora es cuando sé que tú,
capricho del Big-Bang,
te renombras en la teoría incierta
de mis certezas necesarias,
en ella discurres como río nuevo de abril,
en ella te alzas sobre el suelo,
como las hojas del viento que escribe el otoño,
y así dejamos atrás la razón desahuciada,
la que solamente suena a sentencia,
y es entonces cuando el espacio
se curva al gusto de tu antojo,
y busco en tus ojos la respuesta
que no tuvo pregunta alguna,
y me contestas con tu tacto,
y la verdad inmediata se hace realidad,
y se escribe sin tinta ni letras,
bajo tu ombligo, capital del país de tu cuerpo.


"Paisa-je"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Calles de calle

De tímida luna y luz de agua,
 hija bastarda del cielo,
huérfana absoluta de las estrellas,
arropas tu piel de silencio
bajo las sábanas desiertas
que cubren el horizonte,
así estás atada a los destinos,
presente en la soledad de otros,
como las letras de las cartas
 donde se dan cita los delirios,
esas en las que las ficciones estallan
por la gravedad forzada en la que vive la realidad.

Calle de paso en cualquier lugar,
asfalto y cemento con destellos
rectangulares de cristal,
 metro por metro,
paseo por el que circula
un día cotidianamente diario,
tiempo amenazado por la cuerda
de una horca anudada a un viejo reloj,
lugar para que la ilusión se quiebre
a la altura de la desilusión,
calle callada para que los sueños callen
y para que el silencio tenga su propia voz.

Penas  para las venas diarias
que hacen equilibrios,
calles de ropas cansadas
fuera de los intereses de un mapa,
oasis con los besos de los portales
donde se esconden los primeros besos,
calle que se hace compañera
y frontera en la vida de un niño,
desengaño y certeza comparten
aceras cada vez más pronto,
cada vez más cerca,
cada vez más vez.

 "Calles de calle"
© Ediciones Cambalache. chus alonso díaz-toledo.