sábado, 20 de diciembre de 2008

Niño con cazamariposas

Tiene un cazamariposas en una de sus manos, se llama como tantos otros niños que tienen cazamariposas, o tirachinas, o balones, o libros, y también como los niños que no tienen nada, porque, basicamente, su nombre es niño. Es moreno y rubio, alto y chaparro, gordo y delgado, es del norte y del sur, del este y el oeste, y tiene la afición de atrapar estrellas fugaces con su cazamariposas. El niño las caza al vuelo antes de que caigan al suelo, así evita que se rompan en mis pedazos de estrella, y que terminen decorando el huesudo dedo de una dama de la alta suciedad social. Hay noches que coge miles, otras noches consigue millones, pero también hay noches sin estrellas fugaces, por eso, cuando no encuentra ninguna, el niño piensa que en el cielo debe de ser domingo, y vuelve a casa con ganas de no madrugar.

"Niño con cazamariposas"
© Pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta todo el cuento, pero el final es tierno como el niño, o los niños, que nos cuentas.
Un beso.
Ariadna

pd.- He oído que es posible que Tinito y tú actuéis en breve, no me lo pierdo, es un gusto verte hacer jazz, mantén informado al personal, niño.

bajamar dijo...

las toma antes...sii...y entonces tienen la probabilidad de convertirse en mariposas.

Tuve un sueño, recurrente, con estrellas fugaces que caían diseminadas(eso, el final, no era bonito)...en mis ganas de ver una en la realidad no había podido, hasta este año, vi una. enorme cruzando la cruz del sur.
tu cuento me lo trajo de regreso, ese momento. gracias.

lleno de guiños tu cuento, me parece, tal vez no lo sea, dónde guardamos tanta estrella...

grato leérte...lluviosos saludos