miércoles, 12 de noviembre de 2008

estilo-gráfica

La punta de la vieja pluma
que vive desde hace años
junto a los libros del salón,
parece el pico de un pájaro,
tiene el dorado encorvado,
y el tránsito del tiempo
ha dejado una mano
de plata leve en su rostro,
acallando el amarillo
que reinó joven,
durante el pasado metálico
del reluciente rey metal.

Ahí está, silenciosa,
callada, aunque sabe
que podría contarme
una infinidad de momentos
y de pensamientos:
desde pedazos rotos
de calendarios que sucedieron,
hasta teorías abstractas,
que creyeron ser la solución
a la cercanía alejada
del pensamiento lineal.

Ha decidido no hablar,
es imposible que diga nada,
la exprimo para que su jugo
llene el vaso de una frase,
o el trago de una palabra,
o la gota de una letra,
pero tiene la tinta invisible,
y el capuchón cerrado,
y se limita a esperarme,
husmeando en las migajas
que dejan las miserias
sobre el tablero de la mesa.

No tiene otra intención
que la del silencio,
así me lo hace saber
cuando la tomo en mi mano,
y pico el papel con su punta,
ella se queda quieta,
anclada a la celulosa blanca,
sin moverse en la mudez
plana de la palidez vegetal.

Llevo unos días mirando
la punta de la vieja pluma,
y ella no deja de mirarme,
como si fuésemos dos esperas
que están a punto de terminar.

"Estilo-gráfica"
© El país de los tejados. chus alonso díaz-toledo.

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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Una manera muy especial de describir una estilo-gráfica. Me ha gustado. Un saludo

Anónimo dijo...

Yo tengo una estilográfica a la que no puedo hacerla callar. Un beso, chus

Anónimo dijo...

Esa vieja pluma la conozco, de ella salen cosas preciosas.
Un besazo

Anónimo dijo...

El silencio, jejeje...
Un beso para ti, Chus, has vuelto a regalarme un momento bueno, aunque sean letras silenciosas.