domingo, 27 de enero de 2013

Más allá de Nueva York (fragmento)

Deben de ser cientos, miles, tal vez millones, las estrellas que se cuelgan de la noche que vemos cuando somos nocturnos. Unas son firmes, monocromáticas, otras, en cambio, tienen el pálpito de los colores breves; rojo, azul, verde, amarillos de ámbar. Su verbo es el de la velocidad de la luz, su semántica tiene el sentido de la imaginación que las observa. Tanta grandeza diminuta, tantas distancias incapaces de entender, tanta variedad de vida y de muertes, se vuelven casi insípidas, cuando la soledad es la compañera que acompaña...

...Yo busqué a la Maga entre mis sueños, la quise encontrar por las calles de París, y también en los mercados de Estambul, y por las cuestas adoquinadas del Madriz de Lavapiés. Ella dormía cuando yo la soñaba con los ojos despiertos. Ella reía, cuando en mi boca se posaba la sed seca de un desierto llamado sin nombre. Creo que nunca llegué a perderla del todo, en mi camino encontraba hilos del nylon de sus paraguas rotos, y notas musicales sordas a la espera, y el olor de sus delirios floridos, y tuve que esperar a que Cortázar llegase hasta mis manos en forma de papel y letras. Entonces supe que la Maga, mi Maga, era propiedad de todos y de nadie, y cerré los libros abiertos, y abrí los tinteros cerrados, y volví a entornar los ojos para ponerle nombre al universo de las estrellas.

Fragmento de: "Más allá de Nueva York"
(Diario de un yonqui con anteojos y sombrero)
© Chus Alonso Díaz-Toledo Ediciones Cambalache.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me enloquece tu prosa. Es pura poesía. La Maga tiene que terminar con el Mago y la magia la tienes en tus letras.
Besos Graciela

¿? dijo...

Tenés literatura de la buena en la cabeza, poesía que se pega al pensamiento, y unos ojos que enloquecen a quien los mira. Sos un bomboncito, querido. Te veo en la Ciudad Vieja por las tardes y vos no sabés quién soy.

Arturo Pons dijo...

Tengo la costumbre de leerle sin dejar comentarios. No los dejo porque sobra decir que en sus poemas hay todo un universo de sensaciones y de imágenes perfectamente relatadas. Esta vez no he querido guardar silencio, su prosa llega hasta donde no siempre llega la prosa. No descubro nada, usted tiene el don de la palabra.
Un saludo afectuoso.