De los recovecos de un cuerpo pardo,
y óbito, surgió un suspiro,
un suspiro desamparado,
exhausto de sostener el fardo del pasado .
Ahora, libre de él,
se encontró en compañía plural;
una fue la de ese viejo amigo,
que una vez conoció como presente,
y con el que mantuvo una efímera
amistad tras tropezar con el ayer,
la otra tenía un color sombrío,
de tacto áspero y gélida temperatura.
La soledad, esa fiel compañía
que siempre está dispuesta
a ofrecerte su mano, arropándote
y cantando esa nana muda,
capaz de estremecer al propio silencio.
El suspiro era vagabundo, huérfano de hogar,
se dedicaba a pasear por los callejones,
en busca de una utopía cubierta de brasas,
brasas que resplandecían con acento cálido,
y un júbilo de
esperanza,
pero poco a poco, ese sueño envuelto en brasas fue desnudado, mitigado,
pasando así a ceniza, a recuerdo.
Porque la ceniza es el recuerdo
de lo que una vez fue luz,
y sirvió como estrella guía en el cielo,
ahora convertida en una burda quimera,
algo polvoriento, sucio, viejo,
un simple suspiro en el olvido.
“Suspiro”
©El País de los Tejados. Pokit in a pocket Miguel Esperanza Alonso.
Pd.- Estas letras son de mi sobrino Miguel, son sus primeros pasos entre versos y mundos fuera de la "racionalidad" diaria. Para mí es un orgullo ver su tinta, y disfrutar de ella se convierte en una acto alejado de familiaridades, o gustos venidos por la cercanía de la sangre. Disfruto de sus letras por lo que dicen, y por cómo lo dicen.
Chus Alonso Díaz-Toledo
4 comentarios:
Mucho arte en esa familia. Me ha gustado mucho, se nota la sangre.
Un saludo.
Me gusta mucho, Miguel, ya no te escapas ni con alas, te voy a tener escribiendo aunque se te caigan los dedos.
Besos, sobrino poeta.
Chus
Ya hay relevo, buen relevo.
Graciela
Da igual la edad y la experiencia, en este poema sobresale la intención de un contagio sentimental y lo consigues, felicidades miguel.
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