miércoles, 2 de septiembre de 2009

Oyente del viento

Comencé a entender
los secretos de la brisa,
en ella descubrí la clave
para convertirme
en oyente del viento,
y con el viento,
me desprendí de todo
lo que tuvo alguna vez
el rastro preciso de su olor.

Su transparente discurso,
arrancó el sabor
que surgía de los recuerdos,
en mi boca diaria,
y pude enmudecer
las letras que la revivían,
sin la fidelidad del tacto
de su existencia,
dejó de ser todos
los motivos para la lucha,
comenzó a tener
el peso concreto
que lastra la vida,
con piedras del norte,
y se acomodó
en los dos metros cuadrados
de las urgencias ajenas,
sin terraza, y orientada
hacia la prudencia donde
todos los besos saben igual.

Ahora no se derrama
en la vereda de las sombras,
desde un lugar lejano,
renunció a ser
el fruto nuevo del agua,
y de las caricias del sol,
ya no está a la puerta
de cada una de mis dudas,
ni entre los recovecos
de las noches sin luna,
ni en los reproches
que murieron en la tierra
donde vuelve a nacer la voz.
 
"Oyente del viento"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo

7 comentarios:

Lala dijo...

El viento limpia, renueva la vida. Un poema precioso, Chus, y como siempre, con versos especiales para coleccionar.
Muchos besos desde algún lugar

Ángela dijo...

Yo siempre te he visto como un oyente del viento, aunque nunca supe ponerte ese nombre. Versos muy tuyos, en un poema muy de ti. Tu poesía se ha adjetivizado de mil formas, y hay muchas más que aún quedan por inventar. Por cierto, he encontrado una página en la que hay poemas tuyos leídos por ti. A ver, que me lean los de Cambalache, queremos poemas con la voz del poeta. Estaría bien escuchar tu poesía aquí. Un gustazo leerte, Chus, a ver si te escuchamos pronto, que tienes una voz preciosa.

Ariel Cambalache dijo...

Ángela, tu propuesta se la hicimos al poeta hace tiempo, Cambalache quiere esa opción, pero ya sabés cómo es Chus, con sus despistes y timideces. Acá estamos esperando a que se anime, ponerle una pistola en la cabeza es el plan B, aunque la última vez que se la pusimos el Flaco nos robó las balas.

Anónimo dijo...

Me encanta el ritmo que tiene toda tu poesía, y cómo cuentas las cosas de la vida en ella.
Besos sin remite

Almudena dijo...

La última estrofa me parece una maravilla, cargada de derrota pero con la esperanza de la renovación en los tres últimos versos. El resto del poema es precioso, pero el final me engancha especialmente.
Por cieto, no sabía que fueses músico también. Te vi en París tocando con Manu Chao, y fue una pasada. Lo tuyo no tiene nombre, Chus, quiero un autógrafo tuyo jejeje...
Besitos

nadia dijo...

Eres una caja de sorpresas, Chus, así que París y Manu Chao, y no dices nada...
El poema es precioso, pero eso no es noticia, tu poesía es adictiva.

Anónimo dijo...

Uno de los poemas que más me han gustado ultimamente, Chus, mezclas la figuración con lo cotidiano.
Besos