sábado, 3 de noviembre de 2012

Páramo urbano


La luz primera, le devuelve al páramo
la dureza diaria que llega hasta el horizonte,
alguna vez confié en que la clandestinidad
nocturna sería capaz de acabar con su presencia,
creí que la llegada del alba descubriría un paisaje nuevo,
una tierra menor en exigencias y de mayor generosidad,
pero el preludio del sol encuentra cada día lo mismo;
miles de sentencias de secano que arañan el ánimo,
y el frío inmisericorde, que parece muerte alada,
y no queda más remedio que apretar los dientes,
esos que apenas mastican un triste pedazo de pan
entre faena y faena, y continuar sin pensar,
porque en el páramo no es bueno pensar
más allá de donde alcanza la vista, no es bueno
buscar ese lugar en el que despiertan los sueños.

Dicen que en cada metro, y en cada piedra,
y en los matojos, casi liofilizados,
que viven agonizando miserablemente su vida,
hay una espera a la espera de la piedad del tiempo,
esperas que esperan la indulgencia final
que les lleve al final de su existencia,
y yo me pregunto sin atreverme a contestar,
porque sé que no soy más que una anécdota
manchada de polvo y sudor,  simplemente eso,
polvo y sudor anclados en el suelo del olvido.

No sé porqué sigo aquí, en este fin del mundo
que no deja de estrecharse en cada respiración,
no sé porqué sigo alimentando la lumbre
cuando se acercan los cielos negros y estrellados,
o porqué aireo este cuarto inmundo que es cárcel,
sólo sé que sueño con unos ojos que me miran,
y me dejan escalofríos de fiesta en la piel,
por eso espero a la primera luz del día,
por si con ella vienen poros despiertos,
y palabras sin miedo, y el olor al que sabe ella,
pero con el alba vuelve a llegar el páramo,
un páramo que no se moja con las gotas del rocío,
y vuelvo a pasar mis pasos pasando las horas,
y así muero, un poco más, en esta tierra del destierro.


“Páramo urbano”
© Ediciones Cambalache-Pokit in a pocket. Chus Alonso Díaz-Toledo.

8 comentarios:

Amelia dijo...

¡¡¡Qué bueno, Chus, pero qué bueno!!!
Es impresionante.

asun agesta dijo...

Me encanta¡¡¡

Anónimo dijo...

Poesía con mayúsculas, me la llevo para leerla con mis alumnos, tus versos lo merecen.
Saludos de una profesora de literatura que te admira, Chus.

brujita dijo...

Muy bonito.besos.

Miguel Bueno Jiménez dijo...


A Chus


“La luz primera, le devuelve al páramo
la dureza diaria que llega hasta el horizonte,
alguna vez confié en que la clandestinidad
nocturna sería capaz de acabar con su presencia”
“Páramo urbano”. Chus Alonso Díaz-Toledo

Duele el páramo reseco
la brizna de hierba
olvidó el sabor a tierra.
El aire, a ras de suelo
sin piedad de tiempo
no da calma al viento.
La luz primera, al alba,
corta el horizonte.
En la lejanía
la que fue mi casa
la que fue mi vida.
Olvidé los años
olvidé los sueños.
Llegaron otros días,
otras luces. Nunca
aquella luz primera,
al alba de los míos.

Piedra




Manuel Marcos dijo...

Magnífico poema, Chus, una reflexión plena de belleza y reflexión.

Abrazos.

Anónimo dijo...

La poesía es un don que solamente tienen los Poetas y este Poema es tuyo. Eres tan especial Chus.
Besos de tu admiradora secreta





Pokito Pokit dijo...

Muchas gracias, A, es un honor viniendo de alguien que cuenta tan bien las letras.

Hola, Asun. Deduzco por apellidos, y me alegra mucho tenerte aquí. Muchas gracias por pasar a leer, y por dejarme tanto con tan sólo dos palabras.


Es un placer saber que compartirás con tus alumnos mis letras, profesora de literatura, espero que sean fértiles en comentarios, entre tus discípulos. Muchas gracias.

Me alegra que te haya gustado, brujita, gracias por tu comentario breve pero muy amable. Un beso

Miguel, como siempre, es un placer contar con tu lectura y tus letras. Precioso poema, muchas gracias por la dedicatoria, se agradece de verdad.

Manolo, gracias, sabiéndote como te sé, crítico hasta con la crítica, aunque con un indiscutible criterio, es un halago tu parecer, amigo del sur.

Muchas gracias, admiradora secreta, aunque he de reconocer que me temo que me otorgas demasiadas bondades, pero se agradecen como si fuese verdad.

Gracias a todos por prestarme un poco de algo tan valioso como vuestro tiempo, y por regalárselo a mis letras, dándole brillo a la tinta que las escriben.
¡Salud!

Chus.