jueves, 3 de febrero de 2011

Mundópolis

Fracciones impersonalmente iguales,
como los segundos que se pierden
dentro de los minutos de las horas,
circulando destinos predestinados,
habitando los pulsos irreconocibles
en la existencia del Gran Reloj,
y con su rutina, los pasos hambrientos
de la carcoma que ahueca los escenarios,
mientras en la portada nueva del diario
se gritan los gritos del día anterior.

Caldo incesante de partículas anónimas,
la física te proclama con la seguridad
total del practicante y su credo,
y te susurra para la nada y el todo,
entre personajes secuestrados
por el principio de sus conciencias,
seres de movimientos amordazados
por las combinaciones cúbicas
de un dado, con trece caras,
en el que no hay números a favor
de los que alguna vez quisieron tener voz.

Y se aferran los colores de la consciencia
a la singularidad del momento,
y se encuentran en la ofrenda
que murmullan los árboles altos y el viento,
y la solidez de todos los caminos
se desnuda sobre una línea, en el horizonte,
y miles de sombras chinas aparecen
y desaparecen tras el discurso del sol,
y los ojos se cierran sobre sí mismos,
y los sueños se dicen en el idioma
que permite sentir en la piel la llegada del calor.



“Mundópolis”
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.

2 comentarios:

Almudena dijo...

Somos como los segundos de ese Gran Reloj, estoy totalmente de acuerdo. Me gusta la esperanza con la que sueles terminar las estrofas aunque tengan el pesimismo desde el primer versos, sueles girar el poema con los dos o tres últimos versos para dejar una pequeña esperanza abierta.
Te llevo leyendo muchos años y no deja de sorprenderme tu poesía.
Besos

Anónimo dijo...

Me enloquece tu poesía y compruebo que no soy la única persona que piensa así.

Besos