martes, 8 de febrero de 2011

Made in China

Te presiento, en blanco y negro,
como se siente el roce del viento,
ausente del atardecer de los colores,
es entonces cuando el empeño
del aire comienza a pensarte,
y naces dentro de la imagen
de un reloj parado durante
los últimos minutos de ayer,
escondida en su transparencia,
presente detrás de su tacto invisible,
eres el aire exacto que se recorta
en una silueta de forma incompleta,
como la nariz solitaria de payaso
que no tiene a un payaso detrás,
o como el cuento condenado
a no ser jamás: “érase una vez”.

La vocación del rincón no conoce
el sabor salado del agua de mar,
ella sabe que las palabras
tendidas sobre la tierra se agrietan
con el paso del tiempo,
ese tiempo en el que habitamos
rodeados de notas, a pie de página,
que solamente hablan en blanco,
y te construyes entre palabras
fotocopiadas dentro de universos
copiados en alguna parte de China,
sinónimos, de categoría antónima,
como los abrazos en línea recta
desde el principio y hasta final,
por eso sigo el camino que no leíste
en las líneas de mis manos,
y dejo que tu calle se calle
unos metros antes de empezar a llegar.


“Made in China”
© Ediciones Cambalache-chus alonso díaz-toledo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me cuelgo en sus letras, don Chus.

Poeta Carlos Gargallo dijo...

Buenísimos versos, felicidades, un abrazo.